Jesús Ferrero

Ecología, casa común y recursos naturales

«Es hora de soñar la Casa Común, es hora de dirigir nuestros anhelos hacia la construcción de una Nueva Creación, es hora de colaborar en la transformación de un mundo como el que sueña el papa Francisco»

Ángel Galindo García

Jueves, 1 de octubre 2020, 07:40

Todo sistema económico está inserto en un ecosistema vivo que nutre de riquezas a la actividad humana pero que tiene una capacidad finita. Y en ese círculo macroeconómico en el que estamos insertos, basado en la producción-consumo-producción, se está ejerciendo una fuerte presión ... sobre los Recursos Naturales. Por eso, la transición ecológica exige volver a un sistema económico que nos permita vivir dentro de una producción sostenible que minimice los impactos a los que sometemos al medioambiente.

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No podremos afrontar los actuales retos ambientales si no cambiamos el paradigma económico actual. Necesitamos cambiar la lógica del «tener más» por la de «tener lo suficiente». Los economistas deben transitar hacia otros paradigmas que nos vuelvan a conectar con nuestros antepasados y lógicas de una economía diferente.

Las soluciones ambientales necesitan colaboración entre diferentes actores: contar con los pueblos que habitan los diferentes ecosistemas, los gobiernos, las empresas… Hay que aprovechar las agendas políticas globales: ODS y COP 24 porque son expresión de programas comunes de la humanidad

Por eso optamos por soñar con la nueva ecología. Se llama «ecología» al cuidado de la casa común. Navegamos en el mismo barco y este es la creación que incluye la naturaleza, es decir, personas, seres vivos e inanimados. Todo forma un conjunto interrelacionado. Dañar una parte de la casa común es el inicio de su destrucción. Todo está conectado.

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Es hora de soñar la Casa Común, es hora de dirigir nuestros anhelos hacia la construcción de una Nueva Creación, es hora de colaborar en la transformación de un mundo como el que sueña el papa Francisco. Necesitamos actuar; pero con las obras está ese deseo que nos hace soñar, que nos invita a la contemplación, que nos detiene para tomar un primer aliento en esta larga carrera por un 'Plan de vida', es decir, de dejar vivir a la naturaleza.

Esa es la propuesta del Comité organizador del Primer Concurso de Cuentos 'Laudato Si' 2020-2021: 'Soñemos Nuestra Casa Común'. Una propuesta surgida en la encomiable labor que muchas instituciones, comunidades, individuos ya vienen realizando, impulsados por la fuerza de la Carta Encíclica de Francisco: El Movimiento Católico Mundial por el Clima, La Revolución Franciscana 'Laudato Si', las comisiones pastorales de Ecología en las diócesis, las fundaciones para el cuidado de la Casa Común, pero también individuos que, en el silencio de sus hogares, hacen la tareas, sabiendo que la suma de muchos no solo lleva a grandes resultados, sino que además los hace comunidad en y con la Casa Común.

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En este contexto, el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede invita a todas las Diócesis del mundo a sumarse al Tiempo de la Creación que cobra una especial relevancia durante el Año Aniversario Especial de 'Laudato Si'. Este aniversario se celebra desde el día 1 de septiembre hasta el día 4 de octubre, fiesta de san Francisco de Asís.

Se sabe que es la avaricia la que nos lleva a olvidar el deber moral de nuestra solidaridad con esta tierra y sus habitantes. Por eso, el papa Francisco recuerda que es tiempo para reflexionar sobre nuestro estilo de vida, es tiempo para soñar en propuestas más humanas para este universo pidiendo a los poderosos y a la sociedad decisiones valientes que orienten al planeta hacia la vida en vez de conducirlo a la muerte. Es tiempo para ser sobrios y no hacer negocios con la naturaleza. Por eso, es tiempo para soñar.

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Esta celebración coincide con un momento en el que el mundo experimenta una profunda incertidumbre y sufrimiento en medio de la pandemia del coronavirus. Estamos llamados a soñar y a reconocer que una recuperación verdaderamente sana significa ver que «todo está conectado» y a recuperar los lazos con lo natural que hemos roto. Soñemos y descubramos que debemos crecer más y más en solidaridad y cuidar los unos de los otros en fraternidad.

Ahora que estamos conmocionados por las crisis actuales, pandémica y económica, reconocemos la importancia de restaurar las relaciones que nos sustentan. Esto requerirá una acción audaz por parte de todos nosotros. El Tiempo de la Creación es una oportunidad para actuar como una familia humana y solidaria.

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Hace cinco años el papa francisco publicó una carta-encíclica sobre el cuidado de la casa común, o la llamada ecología. Ahí entramos todos, los seres vivientes, seres inanimados y los seres humanos. El cuidado de las aves y de los animales y del ecosistema exige un mayor cuidado de las personas.

Por tanto, el Tiempo de la creación lleva consigo un SI a la vida, a poder respirar aire puro, poder hacerse amigo o cercano de las cosas naturales. Y un NO: a la guerra, a la queda de bosques, al aborto, a los asesinatos, en definitiva, un NO a la cultura de muerte

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Numerosas ONGs y los cristianos de todo el mundo, con este motivo, están soñando y creando signos prácticos de solidaridad con la creación y con el cuidado de la casa común ¿qué podemos hacer? Las propuestas proféticas pueden ir desde una concienciación y conocimiento mayor de la importancia de la naturaleza hasta la realización de signos sencillos, personales y comunitarios:templos y casas ecológicos, cuidado del entorno de los templos y ermitas, plantar un árbol, una marcha naturalista, la limpieza de pinares y bosques, un día de oración y contemplación de la naturaleza y un sinfín de actuaciones que pueden nacer de la imaginación del ser humano. Todo ello es la praxis del sueño.

Niños, jóvenes y adultos están llamados a comprometerse: la misión que ya están cumpliendo en el cuidado de la casa Común, seguro será fuente de inspiración, pues no solo soñarán, sino que también 'recordarán', y nos narrarán desde las vivencias, desde los hechos, no desde las ilusiones vacías, su compromiso ecológico.

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Es tiempo para soñar y recordar que con la naturaleza no se juega si no se la ama, con la creación no se negocia sin solidaridad. En contra de la casa común están tanto el deterioro de un nido de cigüeña como un aborto, la quema de bosques como la guerra, la trata de blancas como maltratar una mascota. Soñemos para cambiar todo esto.

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