La reivindicaciones feministas se han situado a la cabeza de la agenda política. Pero simultáneamente se está gestado una confrontación del feminismo tradicional con el neofeminismo además de la lógica pugna con las mujeres contrarias a la ideologización y colectivización de los problemas de las ... mujeres. Como telón de fondo y por influencia de las universidades anglo-americanas han surgido las tendencias radicales favorables a la teoría de la cancelación y del wokismo en general.
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El último episodio más mediático ha enfrentado al feminismo de las partidarias de Bandini con el mujerío de Chanel o gestos simbólicos como el rechazo a la foto solo con hombres de toda una vicepresidenta del Gobierno y gesticulaciones como las bajas por enfermedad del ciclo menstrual por parte de la ministra de Igualdad. Eso refleja, en parte, la disputa política por el argumento feminista entre Podemos y el PSOE dentro del mismo gobierno. Según el antropólogo Emmanuel Todd, que acaba de publicar el ensayo: 'Où en sont-elles?' (¿Dónde están ellas?), nos encontramos ante la eclosión del feminismo de tercera ola. Un feminismo de conflicto y reparación que paradójicamente llega en el momento en que la emancipación de las mujeres está alcanzando sus máximas cotas de hegemonía política y social.
El feminismo de primera ola avanzó en la reclamación de derechos civiles para todas las mujeres mientras la segunda ola impulsó la revolución sexual que rápidamente cuajó en las clases populares. Algunos citan la paradoja de Tocqueville según la cual cuanta más igualdad hay en una sociedad, la más pequeña desigualdad se amplifica y agiganta. Este feminismo de tercera ola que ha construido las teorías de género y de guerra de sexos con presupuestos ideológicos alejados de la realidad, a juicio de Todd, es de origen anglo-americano y heredero del protestantismo más patriarcal que el catolicismo.
La emancipación explica que el malestar de las mujeres no procede tanto de los residuos de la dominación masculina sino de que ahora sufren todos los problemas de los hombres además de la propia disyuntiva y carga de la maternidad. El feminismo antagonista de lucha de sexos se ha convertido, según Todd, en una ideología, en el sentido en que las que más promueven la lucha contra la dominación del hombre, son precisamente las que no la sufren.
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La tercera ola feminista, además, no defiende a todas las mujeres sino que se ha convertido en una especie de conflicto de clase entre mujeres de clases medias y las de la élite. La impulsan mujeres de clases medias universitarias y dentro de este segmento ideológico se han constituido en el grupo dominante. El caso de Unidas Podemos es paradigmático.
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