Otro domingo de Gundisalvo

Ha habido pitada a Pedro Sánchez –fiscal jefe de las jefaturas– en Pajarillos, y un debate en un pabellón desolado/desolador de Madrid donde fuimos los muy cafeteros a ver a cinco tíos como robles hablando de sororidad y feminismo.

El veneno de la política se puede entender, pero ya nos decía el maestro Alcántara que al noble oficio de la política no suelen dedicarse los mejores. La campaña más corta de la Historia ha llegado al fin a su fin (sic), y nos hemos abonado a ese espíritu de cosa circunstancial que a mi perro 'Lupo' y a mí nos deja desganados y como fuera del censo.

La fiesta de la democracia tala los bosques, genera memes como monstruos y nos habla de la despoblación como quien habla de Botánica con el Bachillerato raspado. Este domingo yo estoy en Gredos con mi tito Miguel, a por setas y fuera de cobertura. A mi perro 'Lupo' lo hemos dejado en casa con provisiones y yo sé que él sabe que debemos darnos un tiempo de gracia y de Transición. 'Lupo' y yo hemos estado a punto de divorciarnos por los barómetros electorales y esas cosas de la sociométrica. Lo hemos dejado estar y ya veremos qué sale el lunes y cómo. La Historia pasará, como todo, y estaremos viéndola pasar desde aquí. Como siempre y como nunca.

Vomito y me salen demoscopias, horquillas, roscos, liberales y conservadores. Vomito y me salen cuneros y CDR y aquí la cosa es que hay algo vírico/somático en mi estómago y lo que necesito es una cura de sueño. En Castronuño los vecinos recogen firmas para que su alcalde no pierda el sueldo y esa, junto a la Leonor en perfecto catalán, quizá sea la mejor estampa de esta democracia reiterativa que vuelve siempre a la casilla de salida.

Hoy ha salido otro domingo de Gundisalvo, que diría el gran Mingote. Disfrutemos lo votado o por lo menos no nos hagamos mala sangre un domingo más negro –en lo meteorológico– que los cataplines de un borrico.