Elda Cantú, periodista hispana que trabaja en un gran diario norteamericano, escribió el pasado octubre esta frase que me hizo reflexionar: «Algún día hablaremos de la vida antes de la pandemia (AP) y después de la pandemia (DP). Pero la realidad es que esta ... no es una crisis puntual, sino una época: estamos instalados en la Era de la Pandemia». La suya me pareció una de esas revelaciones destinada a convencernos de que el coronavirus que nos rodea ni es pasajero ni se va a ir como ha venido. Porque los datos, los malditos datos, no hacen otra cosa que desmentir cualquier esperanza de que alguien escriba pronto el último parte anunciando que la guerra ha terminado. Es cierto que las vacunas han reducido mucho el número de ingresados y de muertos, aunque ninguna estadística invita a soñar un futuro sin contagios.

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Es muy probable que hoy esté un poco más sombrío que de costumbre pero si analizamos lo que vemos y oímos, el covid tiene una gran capacidad de adaptación que amenaza con dominar el mundo, si no lo ha hecho ya. Otra prueba, clarísima, de que la dominación está en marcha es que nadie habla de medicamentos que curen la enfermedad, reconociendo que la única salvación pasa por vacunarnos dos, tres, cuatro o quinientas veces. Como asegura la Cantú en su artículo «mucha gente predice que las cosas seguirán mal o empeorarán en los próximos meses». Por favor, no se me vengan abajo…

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