Faltan médicos y no es un titular, es la realidad trágica de esta tierra. Está bien hablar de envejecimiento, de desertización poblacional, pero hay un problema de vida o muerte, que siempre ha venido con nosotros, y ahora más. Soluciones, pocas, hay. Ponderar a lo ... máximo al médico rural, que tenga una vida más que digna. Y recursos, que es lo que se llama, y los técnicos lo dirán así, una inversión social. Se podría, propongo, hacer pedagogía de esto y darlo en el temario de la carrera. Porque es el trato humano, el Humanismo, sin paños calientes, que ya sabemos desde mucho antes de Marañón que debe ser el eje de la profesión.
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Esto de los médicos da para mucho. Para hablar de la tierra, y para que nos demos cuenta que al galeno, que muchas veces es mártir pero no necesariamente santo, no lo hemos tratado como deberíamos. En los consultorios quitándole autoridad, y solo hay que leer a Delibes para darnos cuenta del peso del curandero frente al que viene al pueblo recién licenciado.
Hay varias líneas rojas que no deben pasarse. La Sanidad Pública y de calidad. Si hay que sacar una partida de donde sea, se saca. Si hay que eso, preparar campañas para que el galeno no tenga en sus mientes que va a una aventura al páramo, también. Es un problema sin solución inmediata, pero el mejor parche, el que sea, es ya un principio de futuro.
Sin médico, sin revisor, con un cura para diez pueblos nos morimos por dentro y por fuera. Y creo, sinceramente, que no nos lo merecemos. Y este asunto sí que hay que moverlo, no tanto hablar de Ayuso y pontificar sobre lo que no nos toca de lleno.
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