Secciones
Servicios
Destacamos
De resaca con los primeros premios cinematográficos del año. Goya, Feroz y Globos de Oro mediante. En esta última gala destacaron las dos estatuillas de 'Gambito de dama'. Mejor actriz y mejor miniserie. Regresamos a la joya de Netflix. Por su culpa ha vuelto el ... escándalo de la neolengua y sus neogilipolleces. O, peor aún, la enfermiza obsesión yanqui de clasificar por razas. Los medios (entre ellos la prestigiosa Variety) llegaron a decir que Anya Taylor-Joy era la primera mujer de color en ganar el premio a mejor actriz desde que lo hiciera Queen Latifah en 2008. No hace falta ser experto en catalogación racial para darse cuenta de que la fantástica protagonista de 'Gambito de dama' tiene más aspecto de vikinga que otra cosa. La actriz, y de ahí viene la estúpida confusión de los estúpidos clasificadores raciales, vivió unos años en Argentina. Eso es todo. Lo suficiente para la ignorante lógica estadounidense: si eres latino, eres negro. La propia actriz, con ese delicioso acento argentino que conserva, podría haber declarado: «Si vos naciste en Miami pero viviste seis años en Argentina te volvés de otro color». Variety corrigió la noticia y volvió a hacer el ridículo. Se limitó a poner que la actriz se identificaba mejor con el término 'latina blanca'.
No dejan de lado la obsesión ridícula por clasificar racialmente a todo dios. Un racismo latente que, en el fondo, tiene mucho de un fascismo latente. Cierran el Capitolio otra vez, el extremismo supremacista acecha y, mientras tanto, Anya Taylor-Joy bebe mate a la salud de tanto gilipollas. Jaque mate.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.