¿Y Rota no cuenta?

El ministerio español de Asuntos Exteriores dispone, gracias a esta cesión de utilización bastante incontrolable de este amplio trozo de territorio de la provincia de Cádiz, es un argumento para afrontar las difíciles negociaciones diplomáticas con que se enfrente entre sus aliados. En Washington, la nueva Administración no muestra mucho interés en tratar con el presidente Sánchez, ni siquiera con el ministro Albares, solamente con los líderes ultras de Vox que, por fortuna política, carecen de poder para apoyarles. Este olvido, que confiemos sea sólo de los medios y mis colegas, no esté existiendo más que en la sombra que proporciona el secreto sobre las cuestiones de defensa. Sobre este asunto España tiene un argumento importante en la cesión la base desde la Dictadura y sus condiciones fijadas entonces y actualizadas tras difíciles negociaciones a finales del siglo pasado, ya por un Gobierno democrático. Esto permite a la flota de los Estados Unidos mantener en aquella bahía tan hermosa el centro de Operaciones de la Task Force, 65º, con cuatro importantes destructores y un quinto en construcción, con los que se asegura el control del Mediterráneo, y pistas para aviones de largo alcance -- algunas veces se sospecha que portando armas atómicas sin autorización --, cuyas funciones de vigilancia se complementan con los misiles guiados que portan los destructores.

La base en su conjunto está al mando de un general español y cuenta con más de tres mil militares norteamericanos, entre ellos 600 marines, y alrededor de 8.000 españoles entre militares y trabajadores civiles que prestan su servicio en el mantenimiento lo cual proporciona trabajo en la comarca. La OTAN, que reclama que España que aumente su contribución al cinco por ciento del PIB, cuenta con autorización para utilizar las instalaciones de la base, lo cual tendría que ser valorado por su secretario general, Rutte. Ante los temores del estallido de una tercera guerra mundial como el que se teme, aunque en la actual confusión no se sabe bien entre quienes, la base de Rota tendría un papel fundamental tanto en la ofensiva como en el riesgo que supondría el interés del enemigo por destruirla, lo cual implicaría a España. Actualmente el temor bien fundado es de los países amenazados por Rusia: Polonia, nórdicos y bálticos. España no es mencionada ante el peligro porque, suele decirse, está en sur oeste de Europa, muy lejos, pero la Base de Rota la coloca entre uno de los principales objetivos.