Dieciocho letras y un taladro

En el Ayuntamiento de León, con letras doradas, colgará un gran letrero en el que se podrá leer la palabra 'Corresponsabilidad'. Será así si Nicanor Pastrana, candidato de la formación Podemos-Equo, llega a la Alcaldía. Esta sería una de sus primeras medidas en el hipotético caso de que ante sí dispusiera de un largo mandato para gobernar la ciudad. Y no es un farol, ha advertido. Tomará esa decisión convencido de que esas 18 letras conllevan un significado que supera con creces cualquier planteamiento programático. 'Corresponsabilidad' debe ser la palabra de cabecera para todos los leoneses y, siendo así, debe estar prendida al Consistorio como lo están los botones a una camisa.

Nicanor, no se engañen, no es un loco. Ni mucho menos. Es un tipo idealista, un personaje singular en la política que aún cree que los milagros sociales pueden traspasar el papel y llegar hasta la realidad, un convencido de sus ideales que busca desesperadamente de que el mensaje traspase las puertas de todos los vecindarios,

Su planteamiento programático se resume en una idea de lo más social: «Los vecinos son lo primero. Haremos todo lo posible por contribuir a que ninguna familia leonesa viva por el umbral de la pobreza. Es una vergüenza que la renta garantizada de la ciudadanía suponga 643 euros al mes».

Eso asegura quien, en un extremo de la balanza, cree que la bondad y el buen corazón pueden mover las conciencias y desde ese planteamiento proyectar una ciudad hacia el futuro. Idealismo en estado puro.

La política tiene estas cosas y permite viajar entre los extremos a la velocidad de la luz. Desde el idealismo a la ignorancia, en una décima de segundo. Pastrana, candidato de Podemos-Equo, representa la fuerza de quien aún cree que el corazón puede alterar el orden establecido y transformarlo o reconvertirlo.

En el otro extremo, por poner el ejemplo más notable, la candidata de Vox en León ha asegurado que ella no colgará la palabra 'Corresponsabilidad' en la fachada del Consistorio municipal. Ella no ordenará taladrar el mármol de la fachada para colgar letras que pudieran tener un cierto significado social porque el pensamiento político en su formación tiene otros órdenes y unas prioridades bien diferentes.

Olga García, la candidata de Vox en León, mantiene que antes de emprender iniciativas idílicas como las planteadas por Podemos Equo deberían asumirse planteamientos más efectivos y realistas del tipo «municipalizar el servicio de limpieza».

Lástima que ese servicio lleve años municipalizado, lo que evidencia el grado de análisis que la formación de Abascal ha puesto a nivel local a la hora de lanzar su programa para el gobierno de los leoneses. Municipalizar el servicio de basura y potenciar el turismo rural en el programa para el Ayuntamiento de León tiene el aire de ideas salidas de una misma batidora de despropósitos.

Entre el idealismo conmovedor de Pastrana y los irritantes planteamientos de García se abre un amplio abanico de ofertas para los electores. Hay quien plantea soluciones mágicas para reactivar la urbe y crear empleo y quien promete la luna (y el sol) a cambio de un voto. Magia electoral en la antesala de una nueva cita con las urnas, una de esas citas que tan nerviosa pone a toda la clase política.

Afortunadamente, ante tanto planteamiento, que atraviesan de forma fugaz lo radical y lo realista, la última palabra corresponde a cada ciudadano. Solo queda elegir entre el buen número de sobres que a buen seguro desde hace días le esperan en el buzón.