Borrar
G. Villamil
Desfundación Villalar

Desfundación Villalar

El óxido de los días ·

A Valladolid –es decir, a Puente– le están poniendo a huevo capitalizar en solitario el protagonismo de la historia. A ver si se atreve

José F. Peláez

Valladolid

Martes, 29 de octubre 2019, 07:26

En la lista que estoy haciendo con las peores ideas de todos los tiempos, cerrar la Fundación Villalar se encuentra justo después de comprarme un video Beta. Es algo fascinante intentar entender cómo algún intelecto puede haber llegado a la conclusión de que la mejor ... manera de preparar el V centenario de la batalla de Villalar sea precisamente cerrar la fundación que lleva su nombre. El encargado está siendo el presidente de las Cortes, Luis Fuentes, a quien no le reprocharé tanto el fondo como la forma. Entiéndaseme bien; como veremos, no estoy de acuerdo con el fondo en absoluto, pero entiendo que es algo opinable. Sin embargo, la forma está siendo tan obscena, tan apasionada, tan sobreactuada y tan escasa de contención que resulta descorazonador. Una cosa es que te toque el marrón de cerrar una fundación de la cual eres presidente y otra tomarte tan en serio el encargo que llegue a parecer que disfrutas con la coprofagia. Sería tan sencillo como ponerse de lado, con perfil bajo, tomarlo como un acto cuasi administrativo despojado de carga ideológica y proceder al cierre dando las gracias a quienes han trabajado en ello –encomiable el trabajo en estos años de Juan Zapatero– y asumiendo sus fines en otras instancias de la administración regional, no sin antes librar una importante batalla interna y defenderla con uñas y dientes; a poca inteligencia política que uno tenga, parece evidente que la Fundación habría sido un caramelo para Fuentes: una fecha clave, un aniversario trascendental, un protagonismo histórico, un foco institucional a nivel nacional, una oportunidad personal de construirse a la altura del cargo que ocupa y que no solo le habría puesto en primer plano, sino que, de modo colateral, habría puesto a su disposición un presupuesto sin pasar por Igea. Pero no; al presidente de las Cortes no solo le meten un gol por toda la escuadra: también le hacen fingir que está encantado. Y lo peor es que quizá ni se haya enterado.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Desfundación Villalar