Lola Herrera, delante de un cartel de la obra 'Cinco horas con Mario', que protagoniza. Ángel Medina G. / EFE

Y ahora, Delibes

Intruso en El Norte ·

«Era la dilecta de mis padres, y todos éramos Carmen Sotillo y ese hueco de Mario»

Jesús Nieto Jurado

Valladolid

Domingo, 20 de febrero 2022, 00:15

Y o fui ese niño de la provincia del Sur que fue a entrevistar a Lola Herrera. Ay Lola . Dieciocho años, y mi profesora experta en Miguel Delibes. Se juntaron los astros, se juntaron para bien, y en el teatro que Antonio Banderas ha hecho ... una sucursal malagueña de la Gran Vía, yo a Lola Herrera le pregunté cosas en el ambigú que iban más allá de una radio local que emitía copla. Era la dilecta de mis padres, y todos éramos Carmen Sotillo y ese hueco de Mario. Así éramos cuando a las cosas se las llamaba por su nombre e íbamos a lo esencial.

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He estado releyendo a Delibes febrilmente desde poco antes de esta locura electoral en esos tomos de Destino que tan bien resisten al paso del tiempo, a bajar y subir del nivel del mar. Digamos que Lola Herrera y Miguel Delibes son las dos Castillas de las que nos interesen que hablen. De los teatros pucelanos y su repercusión frente al público disperso de Madrid. Todo eso es lo que nos quita la hartura de las elecciones, que, como tal, como elecciones, son necesarias, pero el relato que deja, ahora que se lleva tanto la palabra «relato», dejan el alma como quien se pone una telenovela turca. Relato.

La cosa es que me han mandado 'los Delibes', todos, en una caja amorosa y familiar, con los que estudiamos varias generaciones y hasta mi hermana, Marina marina (sic) de agua sala ha tenido voluntad de alcor. Ahí tengo 'Las ratas' en las peores noches leyendo desde mi lámpara frontal para llamar al sueño bendito que siempre dejan los quesitos de marras. Hablan de Castilla para lo que quieren cuando ellos son, también, Castilla.

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