Déjenos morir en paz

«Ha sido un placer conocerlos», respondió el socialista como quien pone un Gin Tonic y yo solo puedo pensar que quizá Ciudadanos esté muerto, pero que el que seguro que lo está, es Luis Tudanca

José F. Peláez

Valladolid

Lunes, 22 de marzo 2021, 19:42

Tal día como hoy en 1369, Enrique de Trastámara, ayudado por Bertrand Du Guesclin, asesinaba a su hermano Pedro I, legítimo rey de Castilla y ... de León dando paso a una nueva dinastía que acabaría por dominar el mundo. «Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor». Supongo que todos recordamos el pasaje. Pues bien, después de ver el espectáculo de Tudanca, yo no tengo claro si el socialista pensaba que Ciudadanos era Pedro I, el condestable Bertrand o Enrique II. Lo que tengo claro es que Tudanca se ve a si mismo como Adenauer, como Churchill en medio de un Blitz y que yo, por más que lo intenté, no pude verlo más que como un buen monologuista de 'El Club de la Tragicomedia', mientras el marcador de la vergüenza ajena se me disparaba.

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En esta tierra no hay diputados autonómicos sino procuradores en Cortes y es por algo. Cuando pensamos que lo mejor que tiene el PSOE es Tudanca, lo que nos entran son unas ganas terribles de interpretar el 'Cronicón de Oña' en las Merindades. Me siento perdido cuando pienso que son ellos los herederos de la historia y sus afluentes, que son esos los escaños en los que reposa el V Centenario de las Comunidades de Castilla y me entran unas ganas terribles de abrazar a mi hija cuando veo a Patricia Gómez Urbán burlándose de modo despiadado de la única mujer que ejerce una portavocía, que es Fátima Pinacho.

Todo comenzó con un buen discurso de Igea, moderado, respetable, vicepresidenciable. Luego un enorme interludio de localismos y tudanquismos hasta que llegó el turno de Castaño, que guardó el florete para lidiar con el burgalés con el arma que le llevaba enseñando todo el día, es decir, con la puñalada por la espalda. Y ganó, claro. Amenazas cruzadas, silencios tensos, miradas bajas que ocultan lo que saben. «Déjenos morir en paz», dijo el portavoz de Ciudadanos. «Ha sido un placer conocerlos», respondió el socialista como quien pone un Gin Tonic y yo solo puedo pensar que quizá Ciudadanos esté muerto, pero que el que seguro que lo está, es Luis Tudanca.

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