Más de una década

En El Norte. El templo, que desde entonces ha sido la casa que siempre ha estado ahí, los domingos, con las tempestades que han ido acompañando a este país mío y a este trozo paterno de tierra. Si algo hemos hecho, ha sido buscar la metáfora del perro, del pinar, para pintar con una sonrisa y una lágrima eso tan complejo del presente.

Por medio, muchas cosas. Algún premio, divorcios sin casamientos, una melancolía que no se va con el Prozac y llevar la buena nueva de escribir en los periódicos por la región. Ha habido muertes de los más míos, ha habido momentos felices en los que hasta la gloria bajó a mi página del domingo. Todo eso y más ha sido esta más de una década aquí, que celebro y comparto porque estos días yo, como Baroja, también ando de aniversario.

Cuando a uno se le quiere entre quienes dan lo mejor de su alma, sus letras y su vida en el papel impreso, poco más queda que añadir.

A los huérfanos de padre, una columna en prensa nos salva de muchas, de muchísimas cosas. Nos hemos desnudado y nos desnudaremos los domingos.