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Antonio de Torre
Ni los pobres se nos sientan ya a la mesa
El espigón de Recoletos

Ni los pobres se nos sientan ya a la mesa

«El indigente está, pero ha adquirido las mágicas propiedades del hombre invisible o la especie de una familia que no llega a fin de mes»

David Felipe Arranz

Valladolid

Viernes, 1 de diciembre 2023, 00:32

Llegamos mal que bien a la campaña de Navidad, que es como la de Napoleón en Waterloo pero sin Ridley Scott ni Joaquin Phoenix, que anduvieron por el Museo del Prado hace unos días. Y nos amparamos en estas fechas sin querer salir de ellas ... el resto de los días, aunque se nos cuele el invierno por las aurículas del corazón y la macroeconomía y el anuncio unánime de recesión nos hiele la sangre. En estos días se entrena un poco para comer y beber, porque en cuanto se inicia la cuesta de enero uno ya hace vida frugal, eremítica, espartana casi. Porque las alegrías de diciembre se van tejiendo desde el día 1 y sus mejores horas –o peores, según– son esas en que cantamos villancicos delante del belén y el reloj marca unos días después las campanadas.

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