Rodrigo Jiménez
El espigón de Recoletos

Los Goya y el hambre de nuestros artistas

«Este fin de semana en Valladolid las cosquillas del champán se elevarán por los aires tornadizos del cine español, que estofa de oros una vez al año este páramo social»

David Felipe Arranz

Valladolid

Viernes, 9 de febrero 2024, 00:38

Fue el director artístico Ramiro Gómez quien recordó que Goya tenía un sentido cinematográfico de la pintura y, a mediados de la década de los años 80, José María González Sinde, Carlos Saura y Román Gubern se fueron a ver al escultor malagueño Miguel Ortiz ... Berrocal, por entonces en Verona, para encargarle el diseño y realización de la ya célebre estatuilla, y quien inclinó la balanza definitivamente hacia lo goyesco –los 'caprichos' son fotogramas, decía–: finalmente, la inspiración del trofeo fue la escultura del valenciano Mariano Benlliure, que hoy se conserva en el Museo de Bellas Artes de Valencia. Con ella se inauguró la I edición de 1987, en el madrileño cine Lope de Vega y con Fernando Rey como maestro de ceremonias, en la que 'El viaje a ninguna parte' se llevó tres 'cabezones'. Qué tiempos…No se es más que un viviente afligido cuando el borboteo de las tripas alborotadas perturba con su ruido, apretando a los angustiados actores antes de la salida al escenario o del grito de «¡Acción!». Así se sienten nuestros intérpretes, que practican el oficio caminando por la delgadez quebradiza del alambre, que rima con hambre, yendo por los caminos de un sitio a otro sin más esperanza que un contrato, una llamada, un Goya tal vez. Fundación AISGE ha publicado el 5º informe sociolaboral correspondiente a 2023: en él se recoge que el 72% de nuestros actores y actrices se encuentra por debajo del umbral de pobreza, y que solo el 7% supera los 30.000 euros de ingresos anuales. Este fin de semana en Valladolid las cosquillas del champán se elevarán por los aires tornadizos del cine español, que estofa de oros una vez al año este páramo social, este cuento de terror precario recogido por AISGE. Como diría Lope de Vega, «lo fingido verdadero», o el «disparate pobre» de los caprichos de Goya.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad