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Vista de la plaza de España de Valladolid. José C. Castillo

Gentes evanescentes: vendedores de la plaza de España

El espigón de Recoletos ·

Los que siempre reaparecen, son los vendedores de libros, cromos y películas, soldaditos de plomo y sellos de colección, quienes después de echarlos de la Fuente Dorada han vuelto a los domingos de la plaza de España

David Felipe Arranz

Valladolid

Viernes, 29 de noviembre 2024, 07:09

Ya estamos casi metidos en el invierno. Ya aquellos turistas que atravesaban con premura la plaza Mayor y que la poblaban con su vagabundear ocioso, han desaparecido, sin dejar vestigios. Las personas van y vienen por temporada, cada vez más, y aquellas que han despertado ... nuestro interés en una época, se desvanecen dejando la sombra de los recuerdos. No sabemos muy cómo ha sido, pero las gentes se han vuelto efímeras, pasajeras, evanescentes…

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Los que no han desaparecido, los que siempre reaparecen, son los vendedores de libros, cromos y películas, soldaditos de plomo y sellos de colección, quienes después de echarlos de la Fuente Dorada el anterior alcalde y ahora ministro sobre raíles han vuelto a los domingos de la plaza de España, algunos de los cuales se han jubilado, como aquel que vendía programas de mano de aquellos míticos cines que explicaban al dorso que tal o cual película era un «¡Sensacional estreno!» o la película de aventuras más emotiva y espectacular que ha producido el cine americano.

Los últimos vendedores de cultura nos la ofrecen con recato castellano, con la mirada melancólica, porque les han hecho tan cruda competencia desde la Administración, el comercio y los portales de venta por Internet, que se han dedicado a los tesoros exclusivamente, como un magnífico lote de películas de cine español que nos llevamos a casa por cuatro euros, oiga. Se van quedando estos chamarileros amables en el olvido que somos cada día de todo y de todos, pero con ellos el domingo adquiere más plenitud, y llega a ser tanta la algarabía de padres y críos en torno a sus puestecitos, que aun sin fuente planetaria y giratoria de angelotes llamarían la atención. Háganles la visita a estos magos del pasado, los últimos taumaturgos de lo que una vez fuimos. Para que nunca no se nos olvide.

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