Los tiempos han cambiado hasta tal punto de que la batalla no se libra al aire libre. El combate es bajo techo, en hospitales, en albergues, en residencias, en recintos reconvertidos en hospitales de campaña. Es el plan de contingencia que el Covid-19 obliga ... a desplegar. El acantonamiento está dispuesto para hacer frente a un enemigo fuerte y desconocido, no es visible al ojo humano, lo que dificulta su derrota, pero no es invencible.
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La artillería pesada se ha sustituido por tratamiento sintomático y de soporte; los cascos de guerra, por pantallas antisalpicaduras y mascarillas, y el uniforme militar, por buzos de protección. El cuerpo a cuerpo continúa y el plan de campaña ya está ejecutándose. Es una lucha de poderes y en esto de las pandemias ya hay experiencia. Pero las circunstancias han cambiado, el Covid-19 ha regresado con más virulencia, pero estamos preparados.
En primera línea, nuestros sanitarios. Por ellos nos unimos cada tarde a las 20 horas en una cálida ovación capaz de imbuirles el ánimo preciso. Un emocionado aplauso fraternal desde ventanas y balcones que en ocasiones es contestado con luces y sirenas por las ambulancias y patrullas que discurren por las calles desiertas de las ciudades.
El reclutamiento continúa. No sobra nadie en esta lucha sin tregua. Toda ayuda es poca y todos podemos colaborar porque todos cumplimos un papel esencial. Porque, si no eres sanitario no hace falta que te recluten, hace falta que te recluyas y que lo hagas con convicción. Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, cada infectado puede a su vez contagiar a entre dos y tres personas. También hay 'supercontagiadores' capaces de infectar hasta a 16 personas, de modo que si una persona se queda en casa habrá causado de dos a tres bajas en el enemigo, así que ¿en qué bando está usted?
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Aquí sí hay bandos y hay que estar preparados para dar el relevo cuando llegue el momento. Cuando venzamos al enemigo quedará la posguerra y ésa también duele. Nadie debe quedarse atrás. Cuando alcancemos la desescalada tendremos que pensar en quiénes más se sacrificaron. Lo primero será apoyar a los sanitarios para situarlos en el podio que merecen, pero también empujar a los pequeños comerciantes que se han visto obligados a echar el cierre temporal. Porque hoy es el cuerpo a cuerpo, mañana será el mano a mano y no les podemos fallar.
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