Gabriel Arias Salgado fue ministro de Información con Franco. Hace ya mucho de eso, sesenta, setenta años. Nos suena ese apellido, Arias Salgado, por Rafael Arias Salgado, su hijo, ministro con Suárez, ministro de Aznar. Gabriel Arias Salgado era falangista, religioso en extremo y un ... gran partidario de la censura como método para la salvación espiritual. Cierta vez, le confesó a los periodistas que esa censura había salvado muchas almas porque con ella había disminuido la masturbación. Un plumilla, sorprendido de que el ministro de Información manejara ese dato, le preguntó que cómo lo sabía, que de dónde sacaba que los españoles practicaban menos el onanismo. Arias le miró con una cierta condescencia y dijo. Pues por las confesiones; por estadísticas de confesionario.
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No son ahora los confesores los que comunican el aumento de la pornografía, sino las propias empresas que la comercializan. Parece ser que, desde que estamos confinados por la covid-19, ha aumentado muchísimo el consumo de porno y ese crecimiento ha sido mayor en las mujeres que en los hombres. El aislamiento nos conduce al onanismo, qué remedio –a no ser que seas Mestres–, la pescadilla que se muerde la cola. Y, curiosamente, ese incremento ha sido mayor en los días laborales, cuando se supone que estamos tele trabajando. Al final, diría Arias Salgado (Gabriel), el demonio no pierde siempre encuentra un resquicio por el que entrar y la intimidad siempre sale a la luz, por uno u otro método. Hago votos para que todos ustedes estén bien y pasen el tiempo como puedan.
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