La crispación, ese combustible político

De manera que los diputados, especialmente algunos, se han instalado en el aquelarre político, en la fruición del desencuentro, que termina en romance a la hora de aprobarse los Presupuestos Generales, de los que depende la duración de la legislatura, del sillón monclovita, de la poltrona del Poder, en definitiva; por eso es fundamental que el aliado sepa el amor que le tiene el presidente. Rufián, de andares y decires macarras, le ha dicho a Sánchez que «El voto de Esquerra se suda», Echenique insiste sobre la presión fiscal sobre las grandes fortunas y Errejón le lee la cartilla de las políticas energéticas, en pro de una España verde y limpia. Así que el ministro de Presidencia Félix Bolaños ha salido del primer tanteo con el rabo entre las piernas, en este mercadeo perpetuo en el que se ha convertido la política española: irracional, ineficaz, extraña…

Algunas de sus señorías no son sino el jarro de agua fría a la convivencia toda, el ERTE ético que enceguece nuestros días: han hecho de la crispación combustible político y ya sabemos cómo terminaron estas cosas en la Alemania nazi. Urge, Amore, renovación no solo del CGPJ, sino de toda esta tropa.