Más contundencia frente al terror machista

Las trágicas muertes de una mujer y su hija de ocho años a manos de un hombre en Valladolid, pareja de la madre, acusado de asesinarlas a puñaladas y detenido, vuelve a traer tristemente al primer plano de la actualidad el terror de la violencia machista. El hecho hará que, como siempre, se produzcan declaraciones de condena, manifestaciones y minutos de silencio. Pero, con ser importantes, ninguno de estos gestos detiene por sí solo el incesante goteo de agresiones, asesinatos o acosos que sufren las mujeres por el simple hecho de ser mujeres.

Lo consiguen la educación, las políticas públicas, los recursos y las leyes. Y la unidad de partidos y la sociedad civil en torno a una realidad que, lejos de encontrar contundencia y rotundidad en sus máximos referentes, no siempre se aborda con la suficiente claridad. No cabe trivializar este tipo de crímenes infames, como hace una fuerza de gobierno como lo es ya Vox en Castilla y León.

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Ni cabe tampoco que errores jurídicos perfectamente identificados en la última reforma aprobada por el Gobierno, por la que algunos verdugos están viendo rebajadas sus penas, no se quieran enmendar. Ese ruido político, de hecho, tampoco ayuda en la lucha contra la violencia machista.