Contumacia

Los efectos reales de peatonalizar calles son discutibles porque los atascos han crecido, lo cual es malo incluso para los peatones, pero convertirlas en una cochinada es imperdonable. Cuando empezaron con Claudio Moyano, Santa María y Menéndez Pelayo pintaron el suelo con motivos diversos y distintos coloridos, que estaban irreconocibles una semana después.

Los camiones de reparto, los coches con derecho a entrar y salir de sus garajes y otros factores acabaron en un santiamén con la bucólica idea de transitar a pie por una parte de la almendra. Lo lógico era suponer que las enseñanzas del primer error ayudarían a no cometer los siguientes, pero el asfalto guarro de La Pasión (todavía sin inaugurar) es otra prueba de esa contumacia que pagamos a escote.