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El presidente de la Generalitar, Joaquim Torra, en el Parlamento catalán. Efe
Consecuencias de un fracaso

Consecuencias de un fracaso

Editorial ·

Se hace inaplazable la convocatoria de elecciones al Parlamento de Cataluña para afrontar los problemas de los catalanes

El Norte

Valladolid

Viernes, 4 de septiembre 2020, 07:23

El presidente de la Generalitat, Joaquim Torra, procedió ayer a remodelar la parte 'posconvergente' de su Gobierno, cesando a tres consejeros que al parecer habrían perdido su confianza en una decisión adoptada tras consultar los cambios con el expresident Puigdemont y con «algunos» de ... los presos del 'procés'. La presidencia de la Generalitat dio una explicación risible al justificar que la remodelación –que afecta a los departamentos de Interior, Empresa y Cultura de la Generalitat– responde a «la incertidumbre sobre la evolución de la covid-19». Cuando responde al indescifrable cisma abierto entre los herederos del pujolismo –divididos hoy entre el PDeCAT y JxCat–, dos semanas antes de la vista sobre la inhabilitación de Torra en el Tribunal Supremo. Queda en el aire si el movimiento realizado por Torra y Puigdemont responde al propósito de alargar la legislatura autonómica, o si por el contrario se trata de una jugada que les favorece el adelanto electoral en Cataluña. Aunque es probable que ni siquiera ellos sepan cuál será su siguiente paso. El independentismo catalán ha creído representar en exclusiva la voluntad política de todos los catalanes, y los 'posconvergentes' viven la ilusión de que el futuro de Cataluña depende únicamente de cómo se decanten sus cuitas internas. De ahí que no vaya a ninguna parte el compromiso adquirido también ayer por el presidente Pedro Sánchez con el portavoz de ERC Gabriel Rufián para reunir la 'mesa de diálogo' entre el Gobierno central y el de la Generalitat, cuando no es casual que Torra hiciese coincidir la mañana del ajuste de cuentas contra los otros 'posconvergentes' con la cita entre Sánchez y Rufián en La Moncloa. Los límites políticos y la endeblez social del independentismo catalán afloraron de nuevo ayer en forma de crisis interna. El afán de los artífices del 1-O por preservar su unidad ante la España constitucional no soporta las divisiones e inquinas que separan a quienes hoy acaparan el poder de la Generalitat.Se hace inaplazable la convocatoria anticipada de elecciones al Parlamento de Cataluña para afrontar los problemas que afectan a los catalanes, agravados por la covid-19, sin que su solución continúe a expensas de las tensiones entre los independentistas. Aunque para ello es imprescindible que las distintas opciones del independentismo o algunas de ellas dejen atrás el unilateralismo del 1-O y la comunión rupturista.

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