Concentración, intensificación

Lo más destacable es que el número de explotaciones se ha reducido a la mitad y la superficie media ha crecido un 7% en diez años, hasta situarse en algo más de 26 hectáreas. Castilla y León es la región con mayor superficie media por explotación, con 63,02 hectáreas y un crecimiento del 11,4% desde 2009. La concentración de superficie se ha producido sobre todo en los invernaderos, frutales y olivar, en un 42%, 24% y 14% respectivamente.

No debe preocupar este dato, en primer lugar porque los cultivos leñosos, los cultivos permanentes, no dejan de ser grandes superficies forestales con mínimos riesgos de incendio, que por tanto aumentan el pulmón verde de nuestro país. Y los invernaderos, tan injustamente estigmatizados, son un modelo de producción altamente eficiente en el uso de recursos. Respecto a la actividad ganadera, también ha caído el número de explotaciones (19%) y ha aumentado el número de animales (7,1%).

Los motivos, similares a los agrícolas, los márgenes son cada vez menores, por lo que es necesario producir más para mantener los ingresos. Por cabañas, la que más ha crecido es la porcina, que repuntó un 22% hasta alcanzar los 30 millones de cabezas. Por otro lado, el número de mujeres que dirigen una explotación ha aumentado de forma sustancial, un 22% Sin embargo, todavía hay una alta masculinización de esta función, al representar el 28,6% del total.