Colorines para el 13

Y veo colorines, y gente de nunca en el campo. Y alguien con el pelo algodonado (ya lo he dicho) a la izquierda. Y es lo último que veo antes de que el Dormodor haga efecto y sueñe con playas lejanas, encuestas, agrimensores de Moncloa ... y gente así. Porque nunca se habló tanto, ni tan vacío, de Castilla. Es lo que tiene el sistema, que siempre lo interpretan los de fuera con cuello vuelto. Quizá yo por eso, como intruso, cuento aquí mis insomnios electorales. También porque está el el tiempo del cultivo y está el tiempo de las elecciones, y entre ambos vamos haciendo camino al andar. Que es el vivir. Antes de la pandemia, la fortuna era que no te llamasen, el domingo de marras, de presidente de mesa y te dejasen tranquilo en la mañana de vino y domingos. Esa mañana que siempre imaginamos soleada por aquello de la fiesta de la democracia. En fin, que yo estoy aquí para mostrar otra realidad que la que vaya de aquí al 13 de febrero, víspera de mis soledades: de las que voy y vengo.