Piensa en el castillo de Peñafiel, piensa en el Parador de Cervera, piensa en el Palau de Lledoners y en lo a gusto y en palmitas que han estado los golpistas desde entonces en la canonjía de 'su cautiverio'. Piensa en ti, pagando impuestos, seguros ... agrícolas, secuestrado con el campo en barbecho y, mientras, un Gobierno entero desentendido de vacunas y mascarillas y preparando esto de los indultos. Piensa todo eso y dime si no irías a Colón si quedara cerca. Porque no es política, es mucho más. Es, como dice el tito Juan Carlos Girauta, cómo cuatro advenedizos le van haciendo el juego a los racistas. Porque si nos levantamos cuando lo de Miguel Ángel por la libertad, ahora habría -y hay- que hacer lo mismo. Después, que no haya ni llantos ni crujir de dientes.
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Piensa también en aquella multa que te cascaron por la variante de Benavente cuando querías llegar pronto al Finisterre a marisquear. Piensa en qué justa y rápida es la Justicia cuando quiere, y piensa, ahora, en el ministro Campo dándole a esta gallofa sediciosa el indulto por «utilidad pública». La misma «utilidad pública» que tendría un consultorio en tu pueblo y no eso de tener que coger un bus a 50 kilómetros para la diálisis. Porque la «utilidad pública» para éstos ya sabemos lo que es, el asa de una maleta: uno la coge, otra la suelta y así.
Por todo esto, hay momentos que hay que poner pie en pared, mandar a paseo a las canallas partidistas y ser felices y orgullosos defendiendo lo más nuestro. El 78, castellano, nada más y nada menos.
Que te saquen en una foto, en Colón, puede ser lo mejor para decorar tu bar, tu Instagram...
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