Hay un absurdo prestigio en el exilio, sobre todo en el literario. ¿Pero a qué cabeza loca se le puede ocurrir que Alberti es mejor que Azorín? Escribiendo y viviendo. Azorín se fue a Francia durante la guerra y volvió al acabar. Gracias a Serrano ... Suñer, cierto. Nunca he entendido el pesar de los últimos años por los jóvenes que tenían que irse al extranjero. Vemos en los telediarios a uno que habla desde Harvard, a otro desde Stanford. Vale, también hay en los Starbucks.
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Aquí no queremos irnos ni de nuestra ciudad. Es verdad que el colchón familiar (y su cercanía) nos salvó durante la crisis de 2008. Pero lo de ahora es otra cosa. No es solo la crisis económica, es la institucional, la de reputación internacional, la anímica.
El virus está fuera, claro. Pero Sánchez e Iglesias coagulados (más que coaligados) y echando a perder un país, no. No hay guerra y no soy Azorín (que más quisiera) pero no me extraña que acabe yéndome a Francia.
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