El Clan de Valladolid. El retorno
LA ESPITA ·
El repentino respaldo de Casado y Egea a Mañueco deja entrever parte del temor que despierta en la dirección nacional del PP lo que bulle en torno a AyusoLA ESPITA ·
El repentino respaldo de Casado y Egea a Mañueco deja entrever parte del temor que despierta en la dirección nacional del PP lo que bulle en torno a AyusoLa política de estos tiempos pandémicos cabalga a ratos a lomos de un caballo desbocado. Que se lo pregunten a Pedro Sánchez, al que Marruecos le acaba de dar un susto de muerte en Ceuta. O que se lo pregunten a Alfonso Fernández Mañueco ... , a quien Pablo Casado y Teodoro García Egea, presidente nacional y secretario general del Partido Popular, respectivamente han pasado de querer fusilar al amanecer (metafóricamente hablando) a ratificar como presidente regional del partido y candidato a la Junta en 2023.
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La pregunta parece lógica: ¿Cómo es que si le querían apear de la Presidencia del PP y del cartel a la Junta han pasado los dos máximos líderes del PP a abrazar y confiar en Mañueco? ¿Qué transformación se ha producido en Casado y Egea para convertirse al mañuequismo? No preguntaremos al vicario de Egea en Castilla y León y cabecilla de los 'egeaboys', José Ángel Alonso, alcalde de Villalón y diputado nacional, porque seguro que nos contestaría, con su flema terracampina juvenil, que sus máximos líderes han sido siempre mañuequistas. Por tanto, hay que darse una vuelta por los alrededores de Génova, 13, donde aún se asienta la sede nacional del PP, esa que le llevó a Pablo Casado a renegar del pasado, algo que José María Aznar no perdona. Y allí es fácil escuchar que la confirmación de Mañueco para los próximos años al frente del PP regional está intrinsecamente vinculada la victoria de Isabel Díaz Ayuso: las urnas madrileñas han puesto sobre la mesa una alternativa a Casado y su equipo si fallan en la próxima convocatoria electoral nacional.
Y hete aquí que el triunfo de Ayuso ha devuelto al primer plano de la política nacional al ideólogo 'number one' de Aznar, Miguel Ángel Rodríguez, su estratega de comunicación e imagen, cuyo hacer ha elevado a los cielos demoscópicos y electorales a la dirigente de la que echó mano Casado cuando en 2019 no tenía a quién poner en el cartel a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. El hombre que llevó a Aznar a la Moncloa ha llevado a Ayuso a la Puerta del Sol en 2021 rozando la mayoría absoluta. El hombre que sobresalía en el llamado Clan de Valladolid, aquel grupo de dirigentes que desde la ciudad del Pisuerga se fueron a Madrid en 1989 «a hacer un presidente del Gobierno», como dijo MAR al poner rumbo al Manzanares, vuele a destacar ahora en la política nacional como hacedor de otra triunfadora. Vamos, lo que un cineasta resumiría como 'El Clan de Valladolid. El retorno'.
Eso se esconde en buena medida detrás en las prisas genovesas por la confirmación de Mañueco al frente del PP y del cartel de 2023. De casi desheredado a imprescindible. Lo que se visualizó el miércoles en la junta directiva regional popular se selló hace casi un mes, encuentro personal de los protagonistas mediante. Ya entonces los 'trackings' que llegaban a los despachos de Casado y Egea auguraban el aplastante triunfo de Ayuso. Así que como para tener fuegos en las provincias y en las comunidades dentro del partido. Quien quiere presidir España no puede presidir un partido dividido. Así que a cerrar heridas cuanto antes y a impedir abrir otras. Lo que en Castilla y León se traduce en 'Por ahora, todos en el PP mañuequistas'.
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Alegría y relativa tranquilidad para un Mañueco al que Egea y sus huestes han pasado de hacerle vudú a abrazarle. Alegría y relativa tranquilidad para un Mañueco que se preparaba para la batalla de Salamanca, donde ha probado la deslealtad por parte de alguno que lleva años cobrando mucho y bien del erario regional gracias a que el presidente apostó por él. El pulso de Salamanca se esperaba muy cruento, literalmente, y pese al pacto Madrid-Valladolid hay que seguir atentos: no se ha escrito el texto de la paz.
Pero, mientras todo eso llega, alegría y relativa tranquilidad para unMañueco que si quiere verdaderamente relanzar su imagen de cara a 2023 no le va a bastar con los abrazos y palmadas en el hombro de Egea (como se fie de esas palmadas...). O mete presión a su equipo de consejeros y de asesores (en el que sigue metiendo periodistas adeptas) o seguirá como con dos bloques de hormigón atados a sus pies. Y mira que el secretario regional, que no líder, del PSOE, Luis Tudanca se empeña cada mañana en echarle una mano. Ahora le ha dado a este por hacer de delegado bis del Gobierno y, como si del propietario de una gestoría se tratase, se pasa el día cantando las excelencias (?) del Gobierno de PSOE y Podemos conCastilla yLeón.
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(Y, por cierto: segunda llamada, en tres semanas, del vicepresidente, portavoz y consejero de todo lo de Ciudadanos, menos Cultura porque no llega, Francisco Igea, a las puertas del Partido Popular de Castilla yLeón. El miércoles publicó un 'tuit' de agradecimiento a Egea por haber ensalzado este la gestión de la Junta. Igea elogia a Egea. Toc, toc, ¿hay alguien ahí, PP? ¡Que llama Igea!)
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