Cisma en el independentismo

La formalización de la ruptura total entre Carles Puigdemont y el PDeCAT, el partido con el que la antigua Convergència se refundó tras quedar al descubierto la corrupción enquistada durante décadas en sus filas, ahonda la fractura en el independentismo. El golpe de mano ... del prófugo de la Justicia al darse de baja como militante para encabezar JxCat ha sido secundado por decenas de cargos fieles, lo que agrava la inestabilidad en Cataluña en puertas de unas elecciones autonómicas de incierto resultado y de la inminente inhabilitación de Quim Torra por parte del Supremo por un delito de desobediencia, admitido por él mismo. Un proyecto personalista y populista sin complejos, radical defensor de un nuevo intento de secesión unilateral como el fallido que asomó la comunidad al abismo y hecho a la medida de un líder mesiánico sin el menor respeto a la ley y las instituciones democráticas irrumpe así en el fracturado espacio que en su día ocupó el nada honorable Jordi Pujol. Lo que quede del PdeCAT tras este cisma y el recién creado Partido Nacionalista de Catalunya se lo disputarán con el extremismo de Puigdemont, al que mejor le irá cuanto más se crispe el clima político.

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