La arena de Las Moreras atrasa

Estos días comienza la adecuación de ese espacio de esparcimiento tan especial de Valladolid, que puede presumir como pocas ciudades de ofrecer un enclave natural en medio del asfalto para tomar el sol a poco más de diez minutos andando desde la Plaza Mayor.

Pero el adecentamiento del único arenal fluvial urbano de España declarado espacio no apto para fumadores llega dos meses tarde respecto al inicio de la temporada estival, para desesperación de sus fieles usuarios y como combustible para el argumentario de quienes en la ciudad piensan que a los gobiernos municipales del Partido Popular, a los que fueron y a los que son, se les atraganta esa orilla de suelo urbano de Valladolid reservada para el solaz de sus vecinos.

Si a principios de este siglo fue el Ayuntamiento que presidía Javier León de la Riva el que se buscó molinos para la batalla prohibiendo que Las Moreras albergase la Noche de San Juan –no se vayan a pensar, años después ha habido quien se ha esforzado en convertir la hasta ese momento fluida circulación de la capital en territorio de tráfico caótico–, en estos nuevos tiempos de alternancia política el que tropieza es el equipo de gobierno de la coalición PP y Vox, que cuando no vuelve a amagar con considerar la noche de las hogueras del solsticio veraniego un 'remake' de Sodoma y Gomorra, permite que la arena llegue tarde a la cita con sus playistas. Como si Jesús Julio Carnero y los suyos habitaran algo así como una dimensión diferente a la del resto de los vallisoletanos. Estos ven Las Moreras como sitio de su recreo, aquellos como auténticas arenas movedizas.