Secciones
Servicios
Destacamos
Los recuerdos son los suficientemente vagos como para que la imaginación, en colaboración cómplice con la idealización, haga su trabajo. Me refiero a las imágenes que me envía la memoria sobre la primera vez (y no sé si única) que fui al circo. De la ... mano de mis padres. En Almería. Creo que era el famoso Circo Price, instalado en una explanada junto al puerto. Fue hace tanto tiempo que entonces los circos, como aquel, tenían domadores. Y sus correspondientes leones. Ahora los homólogos de Ángel Cristo se dedican a la política, y en vez de látigo logran amansar a la masa de fierecillas en la que se ha convertido –o ya lo era– una aplastante mayoría de la sociedad con malabarismos del lenguaje y trucos presupuestarios.
Como metáfora ahí están, impávidos ante el panorama actual, social y político, los leones del Congreso. Que bien podrían ser sustituidos por lindos gatitos. Claro que en cualquier momento les intentarían aplicar la ley de bienestar animal, normativa que no disimula cierto afán de malestar humano.
Esto del circo procede de la noticia sobre el asentamiento de una carpa en Puente Duero, núcleo de población que pertenece al término urbano de Valladolid, aunque con una evidente y kilométrica separación, que lo convierten en un apéndice otrora arrabalero. Por la foto que se publica en este diario me parece el mismo que días atrás vi instalado en las afueras de Tudela de Duero, junto a la antigua carretera de Soria.
Contemplé, recuerdo bien, ahora sí pues fue hace pocos días, la carpa, los camiones, las caravanas... Pero, qué quieren que les diga, que sin fieras un circo no es un circo, tal y como yo lo concibo. Puede tener su gracia, pero no su magia, puede ofrecer la habilidad de los trapecistas, pero nunca el misterio que proyectan los grandes animales.
Nuestra relación con la naturaleza, y nuestro modo de someterla (incluso con nuestros mejores deseos...), actitud que en no pocas ocasiones revela el mascotismo, permite radiografiar con una elevada precisión en qué se va convirtiendo, desde muchas perspectivas, la vida humana. Se potencia más la compra o adopción de perros que prevenir la soledad en personas de edad avanzada.
El bienestar humano tan sólo se promueve desde los poderes públicos si supone una desconexión de la autonomía y el espíritu crítico de los ciudadanos. Ya no se estilan las fieras y los látigos, así es, pero el arte de la doma, lejos de desaparecer, ha trasladado su objetivo: los titulares del sufragio activo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.