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La política de Castilla y León se enfrenta en el final del año a un único dilema: moción de censura del socialista Luis Tudanca contra el popular Alfonso Fernández Mañueco, que deberá dirimirse (y se dirimirá) entre en 10 de marzo y el 31 ... de mayo; o adelanto electoral, que deberá ser convocado en enero para ir a votar antes del 22 de marzo.
Los próximos miércoles y jueves se debaten los Presupuestos de Castilla y León para 2022. A Mañueco le falta un voto para sacarlos adelante. Por Ávila, escisión del otrora todopoderosísimo PP abulense (si Feliciano Blázquez levantase la cabeza...) exige 35 millones para dar su voto. En un montante de 12.835 millones, 35 pueden parecer algo barato para que otro partido los apoye. El presidente de la Junta ha mandado a Ávila a negociar a su portavoz parlamentario, Raúl de la Hoz, y ha terminado a escobazos en forma de insultos. «Guapo de discoteca» le han llamado los de Por Ávila cuanto éste les tildó de «infantiles». Vamos todo muy didáctico en una negociación crucial para salvar las cuentas de la comunidad y que Ávila reciba 35 millones más para inversiones y una escuela de circo (con el paro que hay en Ávila y estos pensando en el circo...). Pero será el voto más caro de la historia de Castilla yLeón hasta el momento si el PP acaba tragando con las pretensiones de los de Por Ávila: esos 35 millones acabarán enterrando al PP abulense y serán una cuchillada para el PP regional porque el mensaje que mandaría sería, más o menos: monte usted un partido local a costa del PP, luche en las urnas por entrar en las Cortes y tenga cogido a la Junta de Castilla y León por salva sea la parte. Sí, si los populares aceptan ese voto de Pedro Pascual, se habrán disparado en un pie.
Lo que hay detrás es que a Por Ávila no le interesa que se adelanten las autonómicas porque las encuestas no le dan que repita en las Cortes. Y la exigencia de que el presidente Mañueco se comprometa a no adelantarlas es el escollo de las negociaciones para que den el sí: ni escuela de circo, ni inversiones... Por Ávila quiere pruebas de que no habrá urnas; el PP silba, carraspea...
Aunque Por Ávila aprobase los Presupuestos 2022 (algo que el propio presidente de la Junta confía que pase en el último minuto) no se disipará la nube de la moción de censura que puede presentar al PP, y le presentará, el PSOE entre marzo y mayo. Saben los del PP, desde Mañueco al último alcalde pedáneo, que si se registra esa moción de censura, los populares la perderán y Tudanca será presidente de la Junta el último año de la legislatura. ¿Es tan evidente que el PSOE ganará esa moción de censura? Sí: necesita el voto de uno de los 11 procuradores de Ciudadanos... ¡y le van a sobrar dos! El partido de Inés Arrimadas es en Castilla y León lo más parecido a un pollo sin cabeza.
Por eso, el relato del adelanto electoral no depende ya de que haya esta semana Presupuestos regionales para 2022. El adelanto será consecuencia de la más que probable posibilidad de otra moción de censura y el PSOE la va a presentar sí o sí, que diría el castizo. Tudanca y su núcleo más próximo (Ana Sánchez, la que de verdad manda en el PSOE regional, y Patricia Gómez Urbán) han girado su estrategia. Ya no están una mañana sí y otra también poniendo sobre la mesa las incapacidades de gestión de la santísima trinidad sanitaria regional (Francisco Igea, notablemente descompuesto por si no se aprueban los presupuestos; Manuel Mitadiel, gerente de Sacyl, el que manda en Sanidad, y Verónica Casado, abrasada por su errática forma de hacer); el PSOE ha puesto el foco en los juicios por corrupción contra excargos populares que se dirimirán próximamente: el 22 de marzo empieza el de la Perla Negra y los terrenos de Portillo y antes de verano se sabrá la fecha del de las eólicas. El pasado del PP. Ese que la actual dirección no quiere ver ni en pintura. Todo lo que huele a Juan Vicente Herrera ni verlo quieren en este PP. Tanto se huye de su legado que la consejera que se muestra permanentemente enfadada, la de Educación, Rocío Lucas, ha aplicado luz de gas a que la revista más influyente del sector educativo, 'Magisterio', haya premiado el programa 2030 de la Junta de Castilla y León para hacer frente a la segregación escolar y la proliferación de centros gueto. Todo porque es de la época herreriana, con Fernando Rey como consejero. ¿Está tan sobrado el PP de éxitos de gestión como para que esconda los premios de forma tan poco elegante?
Además, la declaración como imputado del presidente del PP salmantino, Javier Iglesias, y de la gerente, Isabel Sánchez, dentro de once días por las primarias del PP de 2017 va a hacer muchísimo ruido.
El abono para la moción de censura del PSOE es tanto y de tan buena calidad electoral que el relato del adelanto de las elecciones autonómicas está concluido.
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