El alcalde de León empatiza con el gobierno catarí. Es una relación que en su entorno se define como de serena confianza arropada por intereses comunes. Desde hace tiempo el gobierno de ese país se emplea en endulzar su imagen exterior y en esa línea ... todo suma. De ahí la disputa del Mundial de fútbol, las inversiones extranjeras, el empeño por abrirse al turismo internacional y su singular forma de tender la mano al mundo occidental.
Incluso en ese entorno se enmarca un minúsculo paso hacia tierras leonesas donde ese gobierno, a través de la gubernamental Academia Aspire, es propietario de la Cultural y Deportiva Leonesa, un modesto equipo de la tercera división del fútbol nacional en el que posee el 99,9% del paquete accionarial.
No hay que engañarse, para un León tan herido como el actual y tan necesitado de aliento la presencia de Aspire tiene un aire fresco y hasta innovador. Todo tendrá sus matices, evidentemente, y todos los principios pueden ser discutibles, evidentemente, pero nadie puede negar que la presencia de Aspire en tierras leonesa ha sido recibida con los brazos abiertos y un notable orgullo.
Ese entusiasmo patrio ante un invitado al que se considera de plena confianza ha propiciado que desde el consistorio leonés una y otra vez se inste a la colaboración institucional y empresarial con Catar. «Queremos ser un colaborador de confianza para ese gobierno», se recuerda desde la vertiente municipal.
Se trata de una apuesta personal del alcalde de la ciudad, el 'leonesista' y socialista José Antonio Diez, que por el momento va por buen camino. Él ya viajó en una ocasión a Catar, estuvo en la recepción oficial de ese gobierno en Madrid, abanderó una expedición comercial finalmente no desarrollada por la pandemia y ha regresado de nuevo «para buscar inversión y futuro para León y los leoneses». Todo, ya se ve, con muy buenas intenciones.
Pero la política, la de hoy, tiene como fin destruir al rival utilizando cualquier argumento. Sea lícito o no. Eso, ahora, no importa y mucho menos en la antesala de una cita electoral en la que los números parecen estar lo suficientemente ajustados.
Así que la invitación de la Academia Aspire al alcalde de León se ha convertido en cuestión de segundos en una perfecta arma política con la que apuñalar al rival. Mayo está tan cerca que animarse a plantar minas en el camino es toda una tentación. «Es un delito de cohecho de manual», se ha gritado desde la trinchera rival, alentando la posible presencia de irregularidades.
El eco de ese grito ha devuelto en forma de eco persistente un recuerdo diabólico: el presidente de la Junta se fue a París también invitado. 'Mañueco viajó a la final de la Champions con un empresario jamonero al que concedió a dedo 2,3 millones por la covid', era el titular de un diario nacional en aquel mes de mayo. En la foto, detrás del presidente, estaba el portavoz Raúl de la Hoz.
Habrá que convenir que viajar al extranjero es una necesidad en este mundo actual, y más en los representantes públicos. El cómo, el cuándo y el con quién puede sin embargo llegar a ser cuestionable si se aprecia la más mínima brizna de impuridad en las actuaciones en las que se han llevado a cabo.
El alcalde de León se fue a Catar invitado por el gobierno de aquel país a través de Aspire. El presidente de la Junta disfrutó de una final de Champions en París invitado por un empresario. Puestos a cuestionar, evidentemente, todo es cuestionable.
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