Pasqual Maragall, ex presidente de la Generalitat y ex alcalde d e Barcelona. Alberto Estévez-EFE

Cataluña nos roba

Las instituciones deben publicar esos datos, que habrán de ser ratificados por auditores independientes. Mientras tanto, las querellas verbales solo sirven para esparcir malquerencia y mala voluntad

Antonio Papell

Valladolid

Lunes, 18 de octubre 2021, 06:53

Durante muchos años, el lema del nacionalismo catalán ha sido «Espanya ens roba». La verdad es que Maragall, con sus célebres balanzas fiscales que pronto adoptaron los independentistas y que en buena medida ofrecían datos sesgados –algo que demostró fehacientemente Josep Borrell, actual Alto ... Representante la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, en un libro magistral que desmentía aquellas patrañas–, contribuyó bastante a extender aquel malentendido que abonó el descontento de los catalanes y permitió a los soberanistas expandir su victimismo y calar en una parte crédula de la gente con sus utopías.

Publicidad

Ahora, aquel lema retorna de nuevo con cambios radicales: los nacionalistas de Madrid claman al grito de «Cataluña nos roba». La presidenta madrileña invoca el agravio frente a Cataluña, hasta el extremo de enervar a una ciudadanía que al parecer cree ciegamente en sus declaraciones. La prensa afín secunda la tesis por más que la prensa catalana vaya con más prudencia: «El presupuesto prima a Catalunya aunque en la práctica reciba menos».

Este cronista no ha echado todavía las cuentas y no sabe a ciencia cierta quién tiene razón. Pero un medio catalán acaba de aportar un dato contrastado que nadie rebate: «Entre 2015 y junio del año pasado, el dinero gastado de forma efectiva en Madrid fue un 40% más que el que se invirtió realmente en Cataluña». Frente a los agravios territoriales, reales o imaginarios, solo hay una receta, que Jordi Juan recomienda: la transparencia en los datos. Las instituciones deben publicar esos datos, que habrán de ser ratificados por auditores independientes. Mientras tanto, las querellas verbales solo sirven para esparcir malquerencia y mala voluntad.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad