Casado e Igea

El tiempo concede confianza en las relaciones personales entre el humano y el ente digital, así que en medio de esa relación cimentada sobre una perfecta combinación de ceros y unos he ido un poco más allá y he entrado en el terreno personal.

–'Alexa, ¿qué tal estás?', le he preguntado.

–'Estoy en mi nube', me ha respondido con un tono un tanto fanfarrón.

La respuesta era cien por cien esperada, pero Alexa le ha puesto como coletilla y sin petición alguna una serie de consejos sobre la covid-19 y lo relacionado con la pandemia. Tan sabias que me han hecho creer que dentro de sus entrañas tecnológicas se escondían Verónica Casado y Francisco Igea, con esa mezcla de certezas en el primero de los casos e ironía en el segundo.

Uno tras otro los consejos se han mimetizado con la imagen de ambos, con la consejera de Sanidad recordando que hay que levarse las manos, que la distancia de seguridad es un salvavidas, incidiendo en la necesidad de no dejar a los niños dar brincos hasta acercarse a un posible foco de contagio, insistiendo una y otra vez en que el bien común parte del buen orden personal.

De Igea me ha recordado ese punto irónico y casi sarcástico que le hace único en las ruedas de prensa, esas comparecencias en que cada medio solo puede realizar una pregunta, pero en realidad se intentan colar tres y él, Dios mediante, responde como si se hubieran formulado cinco.

Más allá de ese punto irónico y de esas expresiones que les convertirían en unos personajes admirables para el mundo del guiñol, esta comunidad es una privilegiada al contar con su liderazgo al frente de una crisis tan endiablada como la del coronavirus.

Lejos de los colores partidistas y oportunistas, la política debería estar salpicada como es el caso de criterios técnicos, de personajes que evalúen la situación en base a datos objetivos sea el campo que sea, en este caso el médico, y que respondan con medidas alejadas de interesadas influencias.

Su gestión, que podrá ser cuestionada porque ese derecho acompaña al cargo público, es un ejemplo de virtud en el tiempo comprometido escenario de la medicina. Se habrán cometido errores, con certeza, pero con seguridad habrán sido bastantes menos que si el criterio hubiera sido marcado por un cargo público cuyo currículum estuviera alejado del ejercicio de la medicina.

El buen hacer de ambos ha llevado a Castilla y León a un escenario de orden frente a la enfermedad. Ahora, en el inicio de la desescalada, será cuando por primera vez una y otro tendrán que intentar equilibrar el criterio médico con dos pandemias, la sanitaria y la económica. Y ambas, inevitablemente, son muy destructivas. Dispuesto a avanzar qué ocurrirá en ese complejo corto y medio plazo le he vuelto a preguntar a Alexa.

–'Alexa, ¿qué sabes de Francisco Igea? ¿Qué sabes de Verónica Casado?', le he interpelado.

–'Perdona, no lo tengo claro', ha respondido.

Creo que le volveré a preguntar dentro de siete días. De momento este cerebro biónico no pasa el corte.