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Unos palurdos seguidores de Trump vestidos de Village People asaltan el Capitolio y, casi al mismo tiempo, la NASA informa de que han detectado por primera vez una señal de radio procedente de Ganímedes. Ya nos avisó Carlos Jesús y nos reímos de él: «Al ... mundo vendrán 13 millones de naves, de Ganímedes, de constelación de Orión, de Raticulín, de Alfa, de Beta». Carlos Jesús y Donald Trump. Dos almas gemelas. Dos frikis. De uno nos reímos. El otro ha sido durante cuatro años el hombre más poderoso del mundo.
Sus mayores fans, esos que se nutren del odio, la paranoia y las fake news, los Salvini, Le Pen, Bolsonaro, Abascal, Urban, andan tristes. Se veía venir. Ha sido un mazazo verse representados por unos catetos vestidos de falleras tomando y saqueando el Capitolio. Al fascismo se le han visto las vergüenzas con este episodio. La mayor democracia del mundo convertida en república bananera.
Le han reído las gracias a un loco de pelo naranja, un patético provocador, un racista, un machista, un mentiroso compulsivo, un tarado peligroso que dirigía el país a golpe de tuits, un negacionista del cambio climático, gurú de la lejía para combatir virus, acosador baboso de mujeres, alguien que, para aferrarse al poder, se ha inventado la fábula del fraude electoral, ha incitado a la violencia, pisoteado las instituciones, puesto en peligro la democracia. Un tipo tan ególatra y narcisista que cuando hay relámpagos en el cielo piensa que Dios le está haciendo una foto con flash. A la espera de la llegada de los extraterrestres, preferimos que lleve el mando Carlos Jesús.
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