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Alumnos junto a la entrada al colegio San José. Rodrigo Jiménez

Siempre jesuitas

Su impacto apostólico y su presencia no solo no disminuyen, sino que aumentan, en buena medida gracias a la colaboración e incluso el liderazgo de los laicos

Carlos Entrambasaguas

Director del colegio San José de 2012 a 2021

Martes, 19 de marzo 2024, 00:31

La vida de los miembros de la Compañía de Jesús está llena de recaladas y partidas. Llegan a las obras a las que han sido destinados, trabajan en ellas y siguen su camino hacia otros lugares y otras tareas. Viven ligeros de equipaje, con la ... libertad que da la obediencia, y en realidad lo único que acumulan son experiencias y nombres, todo lo vivido y todas las personas a las que han acompañado y de las que han cuidado, todo el Evangelio que han anunciado.

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En ocasiones, por diferentes circunstancias, cuando parten de una comunidad, esa comunidad cierra. Eso pasará con la del Colegio San José, cuyos miembros serán destinados por el Padre Provincial a otros lugares. Ellos se irán, pero el San José seguirá aquí, y seguirá siendo un colegio de jesuitas. El colegio San José tiene un pasado por el que estamos agradecidos, un presente vibrante y un futuro esperanzador.

La identidad del Colegio San José hace tiempo que dejó de ser una responsabilidad exclusiva de los jesuitas. El primer director laico del colegio, Valeriano Ramos, tomó posesión hace más de veinte años. Le sucedió el padre Javier Pérez de la Canal, y después yo mismo ejercí ese cargo. En la actualidad recae en María Jesús Pardo, la primera mujer en esa responsabilidad a lo largo de nuestra historia.

Los laicos que trabajamos en el colegio no trabajamos para los jesuitas. Es más complejo que todo eso. Acompañados, guiados y alentados por los jesuitas, trabajamos con ellos en una misión común, unidos por la espiritualidad que la Compañía ha regalado a la Iglesia y que compartimos. Esa espiritualidad se concreta en el colegio en una metodología pedagógica propia, permanentemente renovada, y en una forma de vivir y transmitir la fe como algo encarnado en la vida de cada día, en permanente diálogo con la ciencia. Una fe que nos impulsa a trabajar por la construcción de un mundo mejor.

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La presencia de los jesuitas en Valladolid es muy intensa. Atienden la iglesia del Corazón de Jesús, dirigen el colegio mayor Menéndez Pelayo, generan pensamiento cristiano desde el instituto Fe y Desarrollo, participan en iniciativas como la cooperativa Come Sano Come Justo o la Red Íncola, sensibilizan e inciden en la realidad a través de Entreculturas, abren camino en la ecología y la acogida a través de INEA y de la comunidad Ana Leal, y están presentes en dos centros educativos del peso del instituto politécnico Cristo Rey y el colegio San José. Como decía un sacerdote jesuita en una reciente asamblea de Provincia, la Compañía es menos numerosa y más débil que hace unos años por razones de edad y número, pero su impacto apostólico y su presencia no solo no disminuyen, sino que aumentan, en buena medida gracias a la colaboración e incluso el liderazgo de los laicos, que se expresa de una forma privilegiada en los centros educativos. Echaremos de menos la presencia de nuestros queridos jesuitas del piso superior, pero el colegio San José seguirá al servicio del Evangelio y de Valladolid, como hasta ahora.

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