![Irreflexiones](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/05/26/1464270706-kiHH-U200406359708QEB-1200x840@El%20Norte.jpg)
![Irreflexiones](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/05/26/1464270706-kiHH-U200406359708QEB-1200x840@El%20Norte.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Te hace la cobra cuando más la necesitas y se entrega cuando más lejos quisieras tenerla. La lluvia es una amante enrevesada. Casi nunca acierta. Quizás por eso en Valladolid le ha dado por salpicar el teatro de calle. Eso que todo el mundo llama ... TAC menos los médicos, que están siempre pensando en sus diagnósticos. Las fantasías y las acrobacias no son lo mismo debajo de un paraguas.
Pero si no piensa en llenar los pantanos ni en salvar las cosechas, ¿en qué piensa la lluvia? ¿En chafar a los amantes de la farándula callejera? ¿O tal vez en brindarnos una oportunidad de reflexionar, siquiera tras los cristales, sobre lo que vamos a hacer mañana ante la llamada de las urnas? Después de tan coloreados días de ese otro teatro de calle que ha sido la campaña electoral, tal vez no nos viene nada mal (nunca lo hace) un poco de lluvia para lavar los pensamientos.
Hasta el rabo, todo es toro. Y a pesar de los aguaceros, o de los titulares de los periódicos sobre el cierre de campaña, los indecisos aún pueden disfrutar por unas horas de su indecisión. Los indecisos, dicen las encuestas y las tertulias de café, serán una vez más decisivos para saber hasta qué punto queremos que las cosas cambien, para que sigan siendo como siempre, o que sigan como siempre para seguir cambiando como les dé la gana. No sé si me explico. Porque las encuestas, lo mismo que las tertulias de café, lo que también nos dicen es que ni Bildu ni los votos vendidos o comprados van a tener la mitad de repercusión en los resultados que la propia decisión de última hora de los indecisos. De ese capricho que algunos llaman desencanto. Y otros, simple irreflexión. Algo que habría que tener en cuenta un día como hoy.
Que decidan los indecisos es tan desalentador como que la lluvia tenga que llamar a la reflexión en una jornada que, en millones de casos, terminará mañana por la mañana según con qué pie nos levantemos de la cama. O con qué vecino nos crucemos camino de las urnas. O camino del TAC, dispuestos a aprovechar cualquier momento de indecisión entre chaparrón y chaparrón. Así están las cosas, y luego pasa lo que pasa. Con los tirios como con los troyanos. Frente al vaso vacío de la reflexión democrática, ya decía Ortega que la sociedad de masas nos impide casi siempre estar al nivel de nosotros mismos. Que preferimos creer saber lo que no sabemos a confesar que no sabemos lo que deberíamos saber. Porque no nos hemos parado a reflexionar lo suficiente. Y eso que él nunca utilizó las redes sociales para fomentar su ignorancia.
Llueva o no llueva, lo que mañana suceda o no suceda entre nosotros y las papeletas con los nombres de los candidatos pasará a ser un secreto del corazón. Los algoritmos y los recuentos de votos, primero, y los pactos, después, se encargarán enseguida de desvelar hacia dónde nos han conducido nuestras decisiones. O nuestras indecisiones. «He estado pensando en mi propia protección. Me asusta sentirme así», cantaba Tina Turner (ya no lo hará más) en 'What's love got to do with it'. Pensar en protegernos, en apostar por lo que más nos conviene no debe asustarnos. Ya sabemos que la democracia, como la lluvia, es un amor que no siempre corresponde. También sabemos, parafraseando a Camba, que el voto de un indeciso vale lo mismo que el voto de un decidido. Y que dos votos de irreflexivos valen el doble que el de uno que reflexiona. Que voten lo que quieran, pero que la lluvia, la indecisión, la furia o el desencanto acudan mañana a votar. En estas elecciones, las más cercanas de todas, nos jugamos cuatro años de convivencia. Es para reflexionar.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.