Fiesta democrática

Cuecen habas de norte a sur. Y de este a oeste. De Sevilla a Valencia pasando por Valladolid. Y donde ayer unos ponían los ojos en las víctimas del terrorismo hoy los otros los quieren poner en las de la violencia de género. Menos a las víctimas, a todos les va sirviendo para algo. A los ex etarras, para poner contra las cuerdas al PNV y, de paso, al propio sistema que detestan. A los ex maltratadores, para ir a por todas de las autonómicas a las generales, grite quien grite y caiga quien caiga. Cuanto peor mejor, que decía aquel.

Ayer al País Vasco. Hoy le toca a Murcia. Una patada hacia adelante para Carlos Flores, que cambia vicepresidencia por tribuna en el Congreso de los Diputados. Y puerta grande para el ex torero Vicente Barrera, un diestro con maneras al que sus padres obligaron a estudiar Derecho antes de dejarle pisar la arena. De algo valió. En la controversia, no han faltado los animalistas, que dicen que los crímenes contra los toros, al igual que los cometidos contra las mujeres o contra los representantes de la democracia inhabilitan. Si no fuera porque es para llorar, sería para reírse. O para tomarse en serio a Hegel cuando define al pueblo (alemán, queremos pensar) como esa parte del Estado que nunca sabe lo que quiere. O sí.

No he sido capaz de saber cómo queda la corporación municipal de Orejillas del Sordete, el pueblo de Doña Rogelia. Una anti hegeliana que nos ha hecho reír mucho por boca de Mari Carmen (¿o era al revés?) con su sentido común, vestido de vieja del visillo. Pero seguro que allí, según está el cotarro, habrá también un alcalde o alcaldesa que no surja del consenso de sus vecinos, sino más bien de la aritmética perversa de los pactos. Ya no tenemos a la ventrílocua para decírnoslo. Para el 23 de julio Orejillas del Sordete, como la mayor parte de los pueblos de España, estará lleno y a tope de buen rollo. Igual incluso con sus vaquillas, su camión orquesta y su paellada popular. Lejos, eso sí, los antiguos hijos e hijas de la localidad, de sus colegios electorales.

Mientras llega o no llega esa otra fiesta general, el aquí y el ahora es esta otra fiesta particular de la democracia, que siempre nos parece democracia hasta que gobierna el de enfrente, con sus locuras y sus inquisiciones. Los bomberos toreros de un lado dejarán de paso a la charlotada taurina de los otros, dejando una vez más al centro solo, fané y descangallado. En algo habrá que entretenerse mientras suben los tipos de interés y bajan las defensas de los ciudadanos. Mientras las cifras oficiales de la economía se confrontan con las de los bancos de alimentos y los comedores sociales.

A ver si nos llega algo de esos 14,5 millones de euros que Hacienda le reclama a Shakira, la mujer que factura. Que por mucho menos tenemos a un rey en el exilio. Días de mucho, vísperas de ná, que dicen también en Murcia. Por seguir con la perla de Alfonso X el Sabio. Con el caricato de lo que está pasando, en vísperas de que pase lo que va a pasar.