Lo que hoy es la Casa del Estudiante fue antes Casa de Beneficencia, y el edificio de ladrillo rojo que está enfrente era, y puede que siga siendo, otro asilo dirigido por las Hermanitas de los Pobres. Conozco estas cosas porque cuando mi abuela materna ... se cansaba de vivir con sus hijas liaba el petate y se plantaba en cualquiera de ellos. Como tenía fama de ser culo de mal asiento, doña Leonila se iba, sin avisar, de uno a otro, con el natural susto de la familia al no encontrarla en el que la habían dejado la última vez que fueron a verla. Aunque nunca lo pregunté, supongo que el acceso a ambos se hacía por caridad ya que mi señora abuela tenía muchas virtudes, pero ninguna relacionada con la generosidad a manos llenas.
Publicidad
Este panorama, real, no se parece nada a las actuales Residencias de Mayores, públicas o privadas. Un amigo que trabaja con un grupo empresarial de estas últimas dice que son muy rentables porque cuando las gestionadas por la Junta de Castilla y León están petadas el negocio de las suyas va viento en popa, aunque cuesten una pasta.
Pero por muy modernas que sean sus instalaciones una cosa tengo clara: que mi abuela no se rascaría el bolsillo por comer a la carta.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.