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Ibarrola
En toda la cara

En toda la cara

«De mirar y esperar las dádivas de Dios y de los cielos, se pasó en estas tierras nuestras a aguardar las señales, bendición y subvenciones de Europa; para fiar, por último, de las ayudas de la Junta que –a fin de cuentas– es la que reparte los dineros»

Luis Díaz Viana

Valladolid

Sábado, 8 de agosto 2020, 07:22

La frase que se hizo viral esta semana vino proferida por una señora del pueblo vallisoletano de Valdestillas. Una cadena de televisión grabó el momento en que un tractor fumigaba las calles del lugar y la mujer fue alcanzada por el desinfectante cuando estaba barriendo ... la puerta de su casa: «Me ha fuñigao, hija, en to(d)a la cara» –le decía a la periodista. Para consolarse –después– ella sola, entre exclamaciones, convenciéndose de que así quedaría más limpia: «Estoy desinfectada, que será bueno, ¡ay, Dios mío!». Quiero pensar que lo que ha llamado la atención de las redes es el gracejo y la expresividad del lenguaje de esta mujer, verdaderamente ejemplares, y que la repercusión obtenida no se debe a la típica actitud de los urbanitas de menospreciar el habla de los tenidos por 'rústicos'. Pues ojalá muchos de quienes parlotean desde las televisiones fueran capaces de manifestarse así, diciendo exactamente lo que quieren decir y de la forma comunicativamente más eficaz. En este sentido, un vulgarismo como 'fuñigar', bastante extendido entre la gente del campo de ambas castillas, lejos de ser signo de torpeza puede ser visto hasta como recurso para dotar de mayor intensidad lo transmitido. El contexto se hace texto, la circunstancia contenido y la víctima del desaguisado se vuelve más victima aún. Ya que no es igual que te 'fumigen' a que te 'fuñiguen'. Del mismo modo que no resulta lo mismo 'jolín' o 'jolines' que 'jolina', ni 'el calor' que 'la calorina' o 'la calor'.

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