No sé qué es la libertad de expresión. Bob Woodward ha dicho a Amanda Mars que deberíamos dejar que la gente diga lo que quiera decir, incluyendo los presidentes. «El problema es internet y las redes sociales, que están dirigidas por la impaciencia y ... creo que deberíamos ralentizar eso». No sé dónde está el botón de ralentizar.

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El actor Armie Hammer ('Call me by your name') ha abandonado su película con Jennifer Lopez por la filtración de mensajes privados. Fantasías sexuales y «canibalismo». Anda. «Me pone cachondo pensar en sujetar tu corazón con la mano y controlarlo cuando palpita». «Soy 100% caníbal. Quiero comerte». ¿No se puede decir eso? ¿Ni Enrique Ponce su '¡Te comooo!' a Ana Soria en Instagram?

Dios santo, que nos prohíben a Manolo Escobar: «Que te vi a comé, que te vi a comé, que te vi a comé, que te vi a comé, niña como tú me sigas mirando…». Cuatro veces en cada estribillo. Degenerado. La libertad de expresión es un arcano.

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