Luis Tudanca, entre Ana Sánchez y Virginia Barcones. GABRIEL VILLAMIL

Candidato por eliminación

AL ESPITA ·

Luis Tudanca busca recomponer a toda velocidad sus relaciones con Ferraz. Le urge garantizarse la reelección como secretario regional y cartel electoral de 2023

J. I. Foces

Valladolid

Domingo, 24 de enero 2021, 09:15

Deprisa, deprisa. Así lleva moviéndose un tiempo el secretario regional, que no líder, del PSOE, Luis Tudanca, ante sus mandamases federales. La relación con ellos, más que mala ha sido inexistente en los últimos meses. La comida del 17 de diciembre en Valladolid, ... a la que Tudanca no fue invitado y a la que asistieron cinco dirigentes del partido, tres de ellos de la ejecutiva federal (el secretario de Organización y ministro, José Luis Ábalos; el alcalde de Valladolid y portavoz federal, Óscar Puente, y el delegado del Gobierno, Javier Izquierdo, al que acompañó el subdelegado enValladolid, Emilio Álvarez, y el secretario general de Agenda Urbana y Vivienda del Ministerio de Transportes, David Lucas) ha animado a algunos más a hablar. Y los que lo hacen cuentan que como reacción a que la federal socialista no le dejase a Tudanca decir ni mú en la designación del delegado del Gobierno de Pedro Sánchez en Castilla y León (fulminaron a la dirigente que tenía Tudanca en el cargo, la abulense Mercedes Martín, ahora metida a tertuliana televisiva) hubo movimientos desde la dirección regional que provocaron que al secretario general, que no líder, ni le cogieran el teléfono en la madrileña calle Ferraz durante muchas semanas; y no digamos en La Moncloa.

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Javier Izquierdo (izquierda), José Luis Ábalos (tercero izquierda) y Óscar Puente (derecha), el pasado 17 de diciembre en Valladolid. RODRIGO JIMÉNEZ

No es que Tudanca pensase en mantener a la abulense Martín, cuyo paso por la Delegación del Gobierno es fácilmente suprimible y nadie se daría cuenta de que un día ocupó tal cargo; Tudanca pensaba volver a poner en ese puesto a la soriana Virginia Barcones: no porque su gestión previa en el mismo cargo hubiese sido destacable, que lo fue, sino porque así resolvía el notable problema interno que tiene en la pelea entre esta, vicesecretaria general, y la zamorana Ana Sánchez, secretaria de Organización, habituada a imponer su criterio 'manu militari'. Y, claro, una vez que no pudo ejecutar este plan, Tudanca se cabreó.

El cabreo coincidió en el tiempo con una serie de llamadas que recibieron miembros castellanos y leoneses del comité federal socialista, máximo órgano entre congresos, invitándoles a ausentarse de la reunión que este comité, el primero tras la formación de Gobierno con Podemos. Algunos de los contactados informaron a Ferraz, dando el nombre y los apellidos de la compañera que les había llamado para que no fuesen a la reunión en la que Sánchez informaría del porqué del pacto con los de Pablo Iglesias y cómo el partido debía cerrar filas con el presidente del Gobierno. Cuentan que el enfado de algunos enFerraz al enterarse de esta maniobra fue mayúsculo. Y que le hicieron la cruz al PSOE castellano y leonés y a su secretario regional, que no líder, Tudanca. Le han aplicado luz de gas durante muchos meses, hasta que después del verano ha vuelto a llamar a la puerta de la sede federal.

Luis Tudanca saluda a Adriana Lastra en el congreso regional socialista celebrado en Zamora. MARIAN A. MONTESINOS

Poco a poco ha empezado a pasar del hall de entrada a los despachos de las primeras plantas. Se ha reanudado la relación. Pese a los importantes enfados de su valedor en Madrid, el portavoz en el Senado y paisano burgalés suyo, Ander Gil. Y pese a que la relación de Tudanca con Adriana Lastra, la guardiana de la sede federal, es manifiestamente mejorable. Aprovechando la recomposición de esas relaciones y dado que el congreso federal ha sido anunciado para otoño de este año, el secretario regional, que no líder, ha hecho valer su victoria en las autonómicas de 2019 y trabaja ya para garantizarse que no tendrá rival en el congreso autonómico que seguirá al federal, paso previo para volver a colgar su imagen en los carteles a la Presidencia de la Junta en 2023.

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El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi; el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y el presidente de Cecale, Santiago Aparicio, en un reciente acto oficial. SANTIAGO OTERO/EFE

Advierten quienes se animan a hablar, que no es de extrañar esa autopostulación tudanquista y la falta de rivales: con las encuestas cada vez más en contra del PSOE en Castilla y León y más a favor del popular Alfonso Fernández Mañueco, nadie en el PSOE está dispuesto a inmolarse para disputar la secretaría regional y el posterior cartel electoral. Nadie... ¡si no le mandan dar el paso desde Ferraz! Como en su día mandaron a Tudanca. Y antes, a Óscar López. Y antes, a Ángel Villalba. Un telefonazo de Lastra o de Ábalos (aquella comida del 17 de diciembre...) y Tudanca engrosará la lista de dirigentes socialistas que serán relevados de las organizaciones territoriales, en la que ya están (ha sido reiteradamente publicado) cargos como el vicepresidente cántabro Pablo Zuloaga y la vicelehendakari Iodioa Mendia. No ocultan quienes saben de los entresijos internos que en algunos despachos socialistas se están encomendando a todo, algún santo del coro celestial incluido, para que sea Tudanca el que pase el trago de 2023 como candidato por eliminación.

Todo esto, en el partido que inventó las primarias.

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