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Paco Martínez Soria nos enseñó en 'La ciudad no es para mí' (escrita nada menos que por Fernando Lázaro Carreter) que cuesta adaptarse a los tiempos. Viudo y con un único hijo –un médico famoso que vive en la capital–, el personaje interpretado por el ... actor turiasonense abandona el pueblo para ayudar a su única familia. Logrará su propósito, pero la aventura terminará con una conclusión contundente: la ciudad le viene grande, no es para él. Paralelismos cinematográficos al margen, en las últimas décadas a los españoles nos ha pasado un poco lo mismo, pero al revés. Tanto nos hemos aferrado a la ciudad, a sus ritmos y costumbres, que al pisar el pueblo nos sentimos unos auténticos extraños. Lejos quedan aquellas historias de padres y abuelos en las que había que alimentar a familias muy numerosas con el jornal que daba el trabajo en el campo.
Ahora las cosas han cambiado mucho. Tanto que a las empresas agrícolas les cuesta, cada vez más, encontrar mano de obra dispuesta a doblar el riñón para trabajar en la tierra. Y no, no hace falta irse a la fresa de Huelva para ejemplificar el problema. Mucho más cerca, en el pueblo soriano de Olmillos reciben desde mayo la llegada de más de medio millar de temporeros (el 98% extranjeros) para plantar lechugas y recoger verduras y hortalizas. Pese a que, según la EPA, la tasa de paro es de casi el 15% en España y del12,4% en Castilla y León, no hay españoles dispuestos a trabajar de abril a octubre en Olmillos y por eso el gigante Florette, y las empresas Deda Ebro y Casa Ametller, recurren a rumanos, marroquíes y, sobre todo, a tailandeses para el trabajo de campo.
Gracias a un benévolo microclima, Olmillos, en plena ribera del Duero, se ha convertido en un oasis del regadío en medio de un paisaje cerealista dominado por el secano durante décadas. Las 840 hectáreas de terreno del regadío de Olmillos están ocupadas y sigue habiendo demanda para conseguir más terreno. Hay trabajo en el campo, pero ¿qué está fallando para que no haya trabajadores autóctonos?, ¿es solo un profundo cambio cultural?, ¿o una cuestión puramente económica y de comodidad?
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