Campaña sobre campaña

Pero no la tiene. En marzo de 2022, el secretario regional, que no líder, del PSOE, Luis Tudanca, tendrá dos procuradores ciudadaneros que se pasarán a su bando y ganará una moción de censura que tiene decidido presentar desde que perdió la anterior. Algunas cuentas no le dan solo dos votos de procuradores ciudadaneros sino incluso tres. Nadie controla a los 11 parlamentarios del partido de Inés Arrimadas: ni ella, ni el 'vice', al que alguno de su grupo ni le dirige la palabra; ni Luis Fuentes, presidente de las Cortes; ni el portavoz David Castaño. Los 11 procuradores naranjas son un ejército en estampida y están al sálvese quien pueda.

Por tanto, no se trataría ya de si el presidente Mañueco adelantará las elecciones, sino cuándo las convocará. En su cabeza, además de la pregunta de si está preparado para ganar (sus estudios demoscópicos dicen insistentemente que sí), hay dos fechas, una vez que pase la convención nacional del PP del próximo fin de semana. Y sigue escuchando opiniones. Unos le dicen que no convoque con el andaluz Moreno Bonilla: sería demostrar que adelanta las urnas para hacer daño a Pedro Sánchez y favorecer a Pablo Casado; otros le dicen que convoque ya; otros, que espere... Y mientras, medita la fecha, harto del dúo Igea-Casado (Verónica). Sabe que no podrá aguantar mucho cada fin de semana una concentración de vecinos –ora en este pueblo, ora en aquel otro– que reclaman que vuelvan los médicos a sus consultorios. Parece desactivado el cierre de tres centros de guardias médicas rurales Segovia, anunciado por la santísima trinidad sanitaria para el día 1, pero el espectáculo de protestas y más protestas (hoy, Segovia), ¿cuánto lo aguantará el PP?

Total que estamos en campaña electoral. Quedó inagurada el 6 de septiembre en las Cortes cuando el presidente Mañueco ordenó a los suyos votar con el PSOE contra el plan de Ciudadanos de cierre de consultorios. Esa campaña se solapa con la macrocampaña que ha dado comienzo para las Municipales de 2023, esta lanzada por el alcalde de Valladolid, el socialista Óscar Puente, que ha sido hábil para 'vender' su salida de la ejecutiva federal del partido, en la que lleva meses sin ejercer de portavoz, al anunciar que optará (¡y sin rival!, que a ver quién le tose) a la secretaria provincial del PSOE de Valladolid. Como en un billar, la bola lanzada por Puente sobre la mesa electoral busca también golpear al PP, al que pilla sin candidato a la Alcaldía de Valladolid.

Hay una imagen esta semana en la Facultad de Comercio de Valladolid que llama sobremanera la atención: escuchando la lección inaugural de curso del alcalde de Madrid y portavoz nacional del PP, José Luis Martínez Almeida, juntos, en primera fila, el presidente del PP de Valladolid, Conrado Íscar, y el delegado de la Junta en esta provincia, Augusto Cobos, de Ciudadanos, que gusta en ámbitos populares como candidato a la Alcaldía capitalina. Los mismos ámbitos que no quieren ni en pintura a la senadora Mercedes Cantalapiedra como cartel contra Puente, algo que no es imposible desde que los 'Egea boys' convencieron a su mentor, Teodoro García Egea, de que le colocase como secretaria provincial popular.

Puente se las promete muy felices para revalidar un tercer mandato y quiere mostrar que puede arrebatar la Diputación a un PP hoy muy despistado por el fichaje como asesor de Pablo Yáñez, exdiputado ciudadanero y fontanero mayor del desembarco de Silvia Clemente en Ciudadanos, que acabó con su carrera. En 180 días al frente del PP, Conrado Íscar solo se apunta este fichaje. Debería repasar aquella entrevista de 1995 a Aznar, al que Gabilondo también le preguntó: «¿Esta preparado para no ganar?».

El bocado que le está metiendo Vox al PP en muchos pueblos no hay asesor mediático que lo pare.