El XX Congreso del Partido Popular eligió ayer a Alberto Núñez Feijóo como su nuevo presidente y candidato a las próximas generales con el apoyo del 98% de los compromisarios. Designando además en un clima de unidad interterritorial a los integrantes del comité ejecutivo y ... de la junta directiva de la formación. La práctica unanimidad lograda por Feijóo le faculta para nombrar hoy con absoluta autoridad el comité de dirección. Pero sobre todo le permitió clausurar el cónclave con un discurso por el cambio trufado de indicaciones que, al abogar por el entendimiento y la moderación frente a la hipérbole, se volvían críticas respecto a la política desarrollada por el PP en los últimos años. Partiendo por mostrar un ánimo integrador en el propio partido.
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Así es como el todavía presidente de la Xunta de Galicia se atrevió a enarbolar el cambio y a postularse como la persona que puede encarnarlo con el objetivo de ganar con una amplia mayoría. El carácter extraordinario del congreso de Sevilla, convocado para suturar la división provocada por el enfrentamiento entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, ha evitado el debate político o programático. Pero es imposible erigirse en alternativa sin precisar los términos de la oferta que se piensa trasladar a los españoles, dejando que fluya al calor de los acontecimientos y de la liza partidaria.
La afirmación de Feijóo «sabemos gobernar» constituyó su principal compromiso ayer. Combinada con la promesa de cambio se convertirá en el cartel electoral inicial de esta nueva etapa del Partido Popular. Aunque, en ausencia de programa, Feijóo corre el riesgo de tener que apelar a la intuición de los ciudadanos para que distingan entre la querencia de Díaz Ayuso por entablar batallas culturales y su preferencia por la 'política de las cosas'.
De hecho Feijóo tiene ante sí el desafío de ganar –empezando por Andalucía–, y de hacerlo demostrando que es más efectivo extender al resto de España el modelo que ha empleado desde 2009 en Galicia que sumarse al ejemplo de Madrid del pasado 4 de mayo. Feijóo ha llegado a la presidencia del PP en un momento muy crítico para los populares pero, al mismo tiempo, en una coyuntura que favorece al mensaje de cambio basado en un nuevo liderazgo. Lo que deberá hacer notar desde hoy mismo si no quiere que su impronta pierda fuerza por excesiva prudencia o dilación en la adopción de decisiones novedosas.
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