Camareros de todo a cien

He tomado unos cuantos cafés en mi vida y sé qué significa esa frase tan manida que prolifera en el sector. «La hostelería es así», lo resumen quienes consideran normal trabajar más allá del horario legal y pactado, sin que ese «es así» se vea satisfecho con un dinero extra. El convenio que rige esta actividad dicta que la jornada semanal es de cuarenta horas, con 'los' descansos correspondientes, y el derecho a disfrutar de festivos. La música suena genial; como la ciencia ficción.

Durante la parte magra de la pandemia, la restauración fue el sector que más se resintió. Muchos de sus empleados exploraron otras vías para pagar sus facturas y, cuando el Gobierno abrió la mano, ya no regresaron; ni lo harán. La naturaleza de esta actividad debe adaptarse al ritmo del cliente, así que fraccionan la jornada y tu vida laboral gira solo alrededor del curro. Despídase de ver crecer a sus hijos, de compartir un finde con los allegados. Su compromiso debe ser solo con la empresa, un pacto que no es recíproco.

Si a lo anterior añadimos el desgaste físico mal pagado, quién podrá jubilarse con salud en torno a una barra. Todo podría cambiar si se cumple la ley, se reflexiona y la inspección sanciona al explotador; aunque siempre guarda un sobre en el cajón. Este verano va a ser tremendo para quienes aguanten al pie del cañón. Los van a doblar.