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El pragmatismo se ha asentado tanto a la izquierda del PSOE que ya se oye el eslogan de las próximas confrontaciones electorales para la izquierda-izquierda: '¡Pragmatismo al poder!'.
El adelanto de las urnas en Castilla y León en febrero dejó a la vista las ... vergüenzas electorales de Podemos (lo que queda aquí del partido de Pablo Iglesias): Pablo Fernández, que concurrió en 2015 y 2019 por León, tuvo que encabezar Valladolid porque, si no, Podemos quedaba fuera de las Cortes. Y se demostró que fue María Sánchez, de Valladolid Toma la Palabra, segunda en aquella lista la que tuvo tirón; gracias a ella los camaradas mantienen presencia en las Cortes, para mayor comodidad política del portavoz nacional de Podemos. ¿Qué lección sacó la izquierda-izquierda de esas urnas? Que tiene votos en Valladolid. De hecho, contribuye desde 2015 a que el Ayuntamiento más importante de la comunidad tenga gobierno de izquierdas y alcalde socialista. Pero los camaradas, puristas, llegan a las vísperas de las próximas municipales con unos estatutos que impiden, por acumular dos convocatorias, que vuelvan a concurrir a ellas la que garantizó el escaño de Podemos en las Cortes, el teniente de alcalde Manuel Saravia y el concejal Alberto Bustos. Nadie en su sano juicio político duda de que son un activo electoral y avalado por la gestión. Así que '¡Pragmatismo al poder!' y '¡Pragmáticos del mundo, uníos!': Ante la posibilidad de que la derecha pudiera regresar al poder, toda la izquierda-izquierda (¡toda!) va a concurrir junta al Ayuntamiento de la capital del Pisuerga: Valladolid Toma la Palabra+IU+Equo+Alianza Verde+Podemos. Hoy se presentan públicamente. Y como los experimentos han de hacerse con gaseosa, las próximas semanas son de liturgia para que el pragmatismo electoral se note lo menos posible y se mantengan las esencias del idealismo: así, se levantará el veto estatutario para que puedan volver a concurrir en una lista Saravia, María Sánchez y Bustos. Nada que no hagan los camaradas en el ámbito nacional: con el popular Feijóo marcando las encuestas, Echenique, Belarra, Garzón, Montero y demás tragan con más gasto de Defensa y el parón a la Ley de Vivienda. Adiós 15-M. ¡Pragmatismo al poder!
La más mínima duda de que en Valladolid la derecha pudiera sumar ha sido suficiente para mostrar a la izquierda-izquierda que no están las cosas para un canto al sol que permitiera a PP-Vox arrebatar el baston de mando al socialista Óscar Puente.
No contaba con esto Jesús Julio Carnero, mandamás del PP de Valladolid para desesperación del presidente Conrado Íscar. Este, también titular de la Diputación pucelana, muy venido a menos, no decide en el partido provincial desde hace meses. Últimamente ni es invitado al merendero privado a orillas del Sequillo, con vistas a la catedral espiritual terracampina, donde se decide la estrategia electoral del PP, claramente obsesionada con echar a Puente de la Alcaldía y que pasa por colocar de candidata en la capital a la senadora Mercedes Cantalapiedra, con un lugar de peso en la lista para el jugador de rugby Francisco Blanco, en quien en el merendero tienen puestas sus complacencias. La candidata del aspirante a único número 2 de Mañueco no quiere ir a las municipales sin su equipo y sin red de protección: dejar el comodísimo escaño del Senado (poco trabajo, mucha retribución e influencia) para que no le garanticen el bastón de mando, más ahora que los camaradas se han conjurado para movilizar el voto de la izquierda, es un sacrificio que cuesta creer que vaya a asumir la exnúmero dos de Javier León. Esa es hoy la realidad de una derecha que retrasa de final de octubre a diciembre elegir los candidatos a las capitales. Mal asunto.
Realidad de la que en la provincia no informa mucho a Puente el exsindicalista Paco Ferreira, que parece no enterarse de que desde el PP han empezado a tocar en algún pueblo a candidatos de listas del PSOE (¿orden del merendero?). La estrategia popular antiPuente quiere humillar al Partido Socialista, aunque la inacción de Ferreira –otra Secretaría de Organizacion que cojea– ya le haya regalado al PP la Diputación para 2023, la que preside el venido a menos Conrado Íscar.
Hay y habrá más auxilios de los camaradas. Y no solo al PSOE. Y no solo en Valladolid. ¡Pragmatismo al poder!
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