Las broncas de Igea
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LA ESPITA ·
Está pasando: la pandemia tapa del todo la inacción política en muchos frentes y está impidiendo ver cómo en el medio rural se siguen desmantelando serviciosFebrero ha sido siempre un mes de convulsión para la política regional. Por citar dos casos, un mes de febrero (2001) puso fin Juan José Lucas a su etapa presidencial en el Gobierno regional, para dar paso al burgalés Juan Vicente Herrera ... ; y un febrero (2019) Silvia Clemente dimitió de la Presidencia de las Cortes para pasarse del PP al entonces Ciudadanos de Albert Rivera, sin que se pudiera llegar a pensar, ni por asomo, que lo que hacía era poner fin, por el momento, a su vida política.
Un febrero (2020) empezó el goteo de noticias sobre la pandemia, que ha acabado por poner en jaque a todo y a todos. Desde entonces, el ciudadano castellano y leonés ha tenido que acostumbrarse, entre otra infinidad de adversidades, a tener que soportar comparecencias públicas, unas a iniciativa suya y otras a iniciativa de las teles, del vicepresidente, portavoz y consejero de todo lo de Ciudadanos en la Junta, menos Cultura porque no llega, Francisco Igea, que lo mismo vale para Ordenación del Territorio, Transparencia y Acción Exterior, que se mete en Sanidad y Empleo e Industria, dejando a sus titulares, Verónica Casado y Ana Carlota Amigo, como meras viceconsejeras de sus departamentos.
El tono de las comparecencias del 'vice' de la Junta ha adquirido en las últimas semanas niveles de decibelios rayanos en la bronca. Incomprensiblemente, porque bastante tienen los ciudadanos con lo que están soportando (muertes, contagios, paro, confinamientos...) como para que encima los mensajes del gobierno que tiene las competencias sanitarias en sus manos, la Junta de la que es vicepresidente Igea, lleguen envueltos en formas nada aconsejables.
No parece que exista un gabinete de comunicación que aconseje tal manera de dirigirse a la ciudadanía, con lo cual todo parece que emana de la factoría igeniana, que se compone exclusivamente del propio Igea.
Tampoco parece lo más adecuado que esas formas vayan acompañadas permanentemente de mensajes cuyos destinatarios son los adversarios políticos de Igea, que no de su partido, Ciudadanos, ni de la propia institución que 'vicepreside'. Es de entender, porque es político, que Igea quiera ganar espacio en la prensa nacional metiéndose con Pedro Sánchez o Pablo Iglesias (no consta que en La Moncloa se inmuten cuando les pone de 'chupa de dómine') y eso queda siempre muy bien en las teles, pero seguro que las críticas de Igea a Sánchez no están entre las 1.300 primeras preocupaciones de los ciudadanos de estas tierras. Pero, claro, cuando uno coge gusto a las cámaras, a salir en todos los espacios habidos y por haber de todas las televisiones (excepto en 'Sálvame' y las misas de La2, La7 y 13TV; aunque no desesperen, que a este paso aparece leyendo una epístola en alguna) y a estar permanentemente en la prensa acaba desatendiendo otras funciones que le competen.
De la Junta depende la política de lucha contra la despoblación y de la Consejería de la que es titular de hecho Igea, la ordenación del territorio y la coordinación de los programas para tratar de cortar la pérdida de habitantes. Y ahí sí que este febrero loco que acaba de empezar está dejando a las claras que mientras Igea está en las teles, no está en la acción política diaria. Y que esa inacción, unida a los efectos de la pandemia, está llevando a que el deterioro de los servicios en el medio rural avance a pasos agigantados. Al cierre-vaciado de consultorios médicos rurales hay que unir que la Junta de Castilla y León y los dos partidos que la sostienen, el PP de Alfonso Fernández Mañueco y el Ciudadanos de Inés Arrimadas –que hasta saber qué pasa el día 14 en Cataluña es la que manda 'manu militari' en la formación regional, al frente de la cual ha puesto a la cada día más desaparecida Gemma Villarroel– permanecen impasibles ante la decisión de las entidades bancarias de dejar sin servicio a los pueblos pequeños y a muchos medianos. ¿Ya ni con disponer de dinero en efectivo se puede contar en los pueblos? Otro dislate: la falta clamorosa de señal de televisión y de conexión a Internet que padecen muchos pueblos pequeños y bastantes medianos.
Si alguna de las broncas televisadas de Igea ante los ciudadanos tuvieran como destinatarios a los que abandonan al medio rural, sean bancos, tecnológicas o los cargos que no rinden en la Junta, tal vez otro gallo le cantaría a esta tierra. Pero mientras estás en la tele no estás en el despacho trabajando ni haciendo que rindan los cargos que has nombrado.
Febrero acaba de empezar. Y hay elecciones el día 14 en Cataluña. No faltarán temas que despisten de la acción diaria a muchos responsables públicos. Febrero tiene fama de convulso para la política de esta región.
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