León no funciona. Es lo que piensa Cecale. Para la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León, esta provincia está metida en un embudo del que no puede salir. A León se le ha gripado el motor y, se supone, la avería le ... inhabilita para poder aportar riqueza y futuro a la comunidad. Y así, como no funciona, lo mejor es dejarla de lado y tomar otras líneas de actuación.
Así lo ha entendido la vicepresidenta de esta organización empresarial quien, abiertamente, ha pedido que se apueste por el eje Valladolid, Palencia y Burgos. El eje, según ha remarcado, que realmente funciona.
A estas alturas, es imposible aplicar aquello de 'a palabras necias oídos sordos'. Todo lo contrario. Es respetable cualquier posicionamiento político, empresarial o social. Tan respetable como la enérgica repulsa que pueden llegar a provocar algunos de ellos.
En este caso, Cecale ha logrado unir aún más a ese León que se siente discriminado, olvidado, y apartado de esa idea de comunidad que promulga el crecimiento, el bien común, el reparto objetivo de oportunidades y el equilibrio en la distribución de la riqueza y de las oportunidades.
Es cierto que una parte de los leoneses, y negarlo sería una torpeza, desprecian la idea de estar en una comunidad más extensa que Portugal. Tan cierto es eso como que resulta casi imposible conseguir que abandonen esa idea con declaraciones como la realizada por Ángela de Miguel.
Tampoco estaría mal que, antes de realizar afirmaciones tan estridentes, quien las realiza, y más por razón del cargo, debería haber visitado con tiempo las cuencas mineras, los polígonos industriales de la provincia y el estado de despoblación que ataca al resto de las provincias de la comunidad.
No estaría mal, además, que hubiera hecho un repaso de los datos económicos y de exportaciones para comprender que el equilibrio, el real, no pasa por el eje apuntado y sí por ordenar el ritmo inversor hacia las zonas con problemáticas más agudas.
Cecale tiene, o tenía, sentido de comunidad. Y ese sentido, que implica criterio, conlleva reflexión antes de exteriorizar opiniones que lejos de aportar crédito y futuro, generan recelo y un perverso mensaje que alimenta a quienes ven en esta comunidad un problema y no una fuente de soluciones.
No es de extrañar tras sus declaraciones que las asociaciones empresariales leonesas, las asociaciones de comerciantes de la capital y los representantes políticos hayan mostrado su rechazo a unas palabras que apuntan a una visión muy corta de la realidad.
Castilla y León debe ser, debería ser, una tierra de equilibrio y de oportunidades. Incidir en la necesidad de concentrar todo el poder económico en Valladolid y dar salida al mismo hacia Palencia y Burgos solo supone alimentar la idea de quienes desde León –eje logístico del noroeste y salida natural hacia un puerto de mar– buscan alimentar la idea de la discriminación, el olvido y la impotencia.
Tras escuchar a Cecale, el alcalde de León tuvo su singular fase de respuesta: «Ya está bien de que nos piden el cuello».
A eso ayuda hoy Cecale, a sembrar división y descontento, cuando en realidad su objetivo debería ser todo lo contrario, ser el motor de un territorio que precisa de análisis certero y objetividad. Equivocar el mensaje no ayuda. Claro que, seguramente, Cecale también pensará que quien suscribe este artículo también está equivocado.
Y como no son días de discutir, ánimo en el objetivo anunciado, ánimo en el aleccionador análisis y gracias por hacer comunidad. Un placer.
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