![La brecha popular](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201911/18/media/cortadas/NF0PDUK1-kbsH-U907228544202wE-624x385@El%20Norte.jpg)
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Hay brechas que parece que nunca se cierran. Lo mismo da que se apueste por la renovación, la regeneración o un nuevo ciclo. Da igual. Cuando la brecha se abre, todo cae por ella como a través de un embudo, y no hay forma ... de poner fin a ese cataclismo.
Ocurre en el PP de León, donde las tensiones amenazan de forma permanente la estabilidad de sus estructuras. Cuando se aprecia cierto alivio solo es estacional, una tregua en una familia que a duras penas consigue disimular sus diferencias y en la que se adivina trifulca segura en la cena de Navidad.
La evidencia de esa tensión se hizo visible el pasado 10-N, en especial, en la lista al Senado. No es lo habitual que dos candidatos, el oficial y el oficialista, se enfrenten de una forma tan abierta, tan cargada de tensión y de forma tan soterrada cuando sobre el papel acuden de la mano a la convocatoria con las urnas.
En todo caso, la batalla era previsible desde el mismo momento en el que desde el seno del PP se acomodó a Antonio Silván –hoy jefe de la oposición municipal en el Ayuntamiento de León– en el número uno a la cámara Alta desplazando a quien había ocupado ese lugar hasta el número dos, Javier Santiago Vélez –alcalde de Almanza con mayoría absoluta y sin oposición–.
Ese mismo día comenzó a tejerse un abierto campo de batalla por conocer quién sería el más votado entre ambos, entonces con la certeza empírica de que el PP en el mejor escenario, lograría un senador por la provincia de León.
La precampaña y la campaña del PP leonés en el Senado fue interna y no externa. Puede que de puertas hacia afuera se hablara de propuestas territoriales de otros partidos, o de los compromisos con la manoseada 'España vaciada', pero dentro de la casa todo lo que se miraba y lo que mandaba era el abierto enfrentamiento entre políticos del mismo partido.
Rompiendo todas las normas políticas Vélez, en un extenuante trabajo de guerrillas, impuso su candidatura por 39 votos a la de Antonio Silván. Esto es, tras las votaciones, el número dos pasó a ser el uno, y el número uno terminó como dos.
La diferencia, que podría calificarse como nimia en cualquier otro escenario, adquiere en el campo político un enorme valor. Sin apenas medios, y con el único poder de su motivante discurso, el candidato Vélez supo acumular más respaldo que quien sobre el papel contaba con todas las bendiciones del partido para liderar la candidatura. Soberana lección política que quedará para estudio de otros analistas.
Hay quien cree que esa victoria se quedará en un asunto testimonial, menudo, indiferente, que pasará a ser una cuestión de segundo orden a medida que las semanas avancen. Error fatal. La caída del número uno al Senado en pleno proceso electoral va mucho más allá. Supone el fin de un ciclo y el principio de un nuevo proyecto popular en la provincia de León.
Habrá quien también se encomiende al orden establecido aludiendo a la figura del abogado José Miguel González, nuevo secretario general de los populares leoneses, y buen amigo y compañero de mesa y mantel del secretario general del PP, Teodoro García Egea. Pero ese referente se diluirá con el paso del tiempo.
La crisis del PP de León, que se mantiene hoy dentro de una olla a presión, terminará llevándose por delante todo lo que hasta hoy es conocido en este partido. Habrá cambios, y profundos, y serán inevitables.
Abierta la brecha popular, el principio se junta con el fin. Al tiempo.
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