He pasado buena parte de mi vida profesional en el gabinete de prensa de un organismo público relacionado con las aguas donde aprendí bastantes cosas sobre ríos, desbordamientos históricos y pertinaces sequías, lo que me ayudó a relativizar la información relacionada con situaciones que se ... repiten de vez en cuando. El problema, ahora y antes, es que a los plumillas nos gusta vivir en directo cualquier acontecimiento, y da lo mismo que sea una pandemia de coronavirus que el aumento de caudal del Pisuerga, el Esgueva o cualquier meandro. Para que no piensen que exagero, en más de una ocasión recibí llamadas de algunas televisiones que pretendían abrir, en directo, el telediario mientras se desbordaba el cauce que tenía más posibilidades de salirse de madre.
Publicidad
En aquellas circunstancias, servidor era un poco vacilón porque solía preguntar a qué hora le venía bien a su cadena que sucediera tal cosa y hasta dónde debería llegar el agua para que el reportaje quedara 'niquelado'. Casi todos entendían la ironía, pero otros ofrecían detalles del programa y preguntaban si podríamos cumplir con el horario elegido.
Cuento estas chorradillas (absolutamente ciertas) para manifestar que, a día de hoy, no espero ninguna bravata de nuestro río principal, que he conocido inundando el parque del Poniente y prohibiendo a coches y peatones cruzar el Puente Mayor. Y al Esgueva le falta agua para ser tan bravo.
Noticia Relacionada
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.